La vecina de Vigo condenada por engañar a mujeres vulnerables, a las que ofrecía empleo doméstico para, junto a su marido (ya fallecido), abusar sexualmente de ellas ha sido encontrada sin vida en el centro penitenciario de A Lama (Pontevedra).
Según han confirmado fuentes de Instituciones Penitenciarias, la mujer fue encontrada fallecida por los funcionarios del centro penitenciario el pasado día 30 de mayo. Por el momento, no se ha confirmado la causa de la muerte a la espera del resultado de la autopsia, aunque fuentes consultadas por Europa Press apuntan a que la condenada podría haberse quitado la vida.
Esta mujer aceptó una pena de 9 años de prisión y pagar indemnizaciones que sumaban 17.000 euros en virtud de un acuerdo de conformidad que evitó la celebración del juicio contra ella, previsto para el pasado mes de abril en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo.
El marido de la condenada también fue detenido. Sin embargo, mientras se realizaba el registro de su domicilio, aprovechó un momento de descuido y, pese a estar esposado, se abalanzó contra la ventana de la cocina, fracturando el cristal y precipitándose al vacío desde el noveno piso. Como consecuencia de las graves heridas, falleció.
CONTACTO CON MUJERES EN SITUACIÓN VULNERABLE
Los hechos se remontan a los meses de marzo a octubre de 2019 cuando, según la Fiscalía, esta mujer y su marido contactaron a través de una página web de anuncios con siete mujeres de diferentes países latinomericanos, todas ellas en situación vulnerable, a las que ofrecieron empleo como trabajadoras domésticas y niñeras de su hija menor y regularizar su situación administrativa en España.
En todos los casos, mantuvieron entrevistas con ellas en su domicilio, en Vigo, y las convencieron de que, para obtener el trabajo, debían someterse a un reconocimiento médico que el propio marido les realizaba, haciéndose pasar por profesional sanitario, y que incluía tocamientos. Varias de las mujeres no volvieron al piso después de ese ‘reconocimiento’, aunque al menos dos sí trabajaron para el matrimonio.
Una de las mujeres fue obligada a trabajar en la vivienda en ropa interior y la condenada le exigió mantener relaciones sexuales con ella o su marido bajo amenazas. Además, otra de ellas fue coaccionada para trabajar en ropa interior y llegó a ser golpeada.