La selección de fútbol de Escocia ha empatado este miércoles (1-1) con la de Suiza, en un partido correspondiente a la jornada 2 del Grupo A en la Eurocopa masculina y disputado en el Rhein Energie Stadion de Colonia, beneficiando el liderato de Alemania por su pleno de vistorias y dejando con mucha vida a Hungría, colista con cero puntos.
Tras la goleada (5-1) encajada ante los anfitriones en el partido inaugural de esta EURO, el equipo escocés tenía más necesidad que su rival para buscar aquí el triunfo. Y lo mostró en el primer cuarto de hora por obra de Kieran Tierney y de Scott McTominay, en un par de jugadas deslavazadas sin verdadero peligro sobre la portería helvética.
Cuando transcurría el minuto 13, Xherdan Shaqiri botó un córner que, paradójicamente, fue el preludio del 1-0 para Escocia. Tras despejar la zaga de cabeza, Andrew Robertson domó el balón y salió al contragolpe de manera rauda, en tromba junto a un compañero a cada lado; y decidió pasar la pelota hacia la izquierda, para que recortase Callum McGregor.
El del Celtic de Glasgow asistió hacia atrás, para la llegada de McTominay, quien dentro del área conectó un zurdazo fuerte que tropezó en la bota derecha del defensa Fabian Schär, cambiando la trayectoria del esférico e impidiendo que el guardameta Yann Sommer atrapase el lanzamiento.
La rápida respuesta helvética fue una volea de Ricardo Rodriguez que se marchó fuera, con la zurda y a media altura en escorzo, tras un saque de esquina. Era una muestra de que los pupilos de Murat Yakin no se rendirían, tal y como cristalizó en el 26′ con el 1-1 después de que Anthony Ralston hiciera una mala entrega de balón desde el lateral derecho.
Al percatarse del error, Shaqiri esprintó porque andaba cerca y no se lo pensó hasta ejecutar un zurdazo con comba, directo a la escuadra y haciendo inútil la estirada de Angus Gunn. Sí que se lució el portero escocés unos minutos más tarde, mandando con habilidad a saque de esquina un potente y peligroso disparo de Dan Ndoye.
El propio Ndoye marcó a la siguiente acción, continuada tras haberse sacado ese córner, pero todo quedó anulado por posición de fuera de juego. Pasados los sustos, el cuadro británico merodeó el gol en una ocasión de Ché Adams poco antes del descanso, si bien Sommer la desbarató.
Echaba de menos Suiza mayor intervención de Granit Xhaka, lo que se produjo en el 55′ en una combinación con Ndoye, al final infructuosa. Tres minutos después, Ndoye tuvo en sus botas el segundo gol de su equipo, pero tiró fuera un derechazo en carrera desde el borde del área, habiéndose zafado de Tierney y con el portero rival en plena salida.
De hecho, Tierney se hizo daño en esa misma jugada con Ndoye y tuvo que ser sustituido casi de inmediato. Sumido el partido desde entonces en una fase de alternancias, el zaguero escocés Grant Hanley estrelló un cabezazo en el poste en el 67′, a la salida de una falta desde el costado derecho.
El carrusel de sustituciones en el tramo final del encuentro parecía haberle bajado el ritmo en vez de aumentarlo, hasta que Breel Embolo en el 83′ se desmarcó a la espalda de la defensa británica y batió a Gunn con una vaselina. Sin embargo, el ariete helvético estaba en fuera de juego y el tanto no subió al marcador del Rhein Energie Stadion.
Zeki Amdouni gozó en el minuto 90 de la última oportunidad de Suiza para marcar, lanzándose para cabecear el centro de una falta, pero el balón salió desviado. Mientras, la selección entrenada por Steve Clarke buscó el 2-1 sin premio con un buen pase al área del capitán Robertson; un defensa abortó el peligro y ahí murió el partido.
Este resultado dejó al combinado escocés con un único punto en su casillero, ocupando la tercera plaza del Grupo A, y a Suiza con cuatro puntos en la segunda posición. No obstante, a pesar de que la selección húngara no ha puntuado todavía, el billete para los octavos de final solamente está asegurado por ahora para el conjunto alemán.