En 2023, en España, se realizaron 46 cirugías robóticas pediátricas entre los tres hospitales con capacidad hasta la fecha para poner en marcha este tipo de intervenciones: el Hospital Reina Sofía, el Hospital Universitario Vall d’Hebrón y el Hospital Clínico San Carlos, frente a las 25.000 realizadas en adultos, y el Hospital Central de Asturias ha comenzado en diciembre de 2023, según señala la presidenta de la Sociedad Andaluza de Cirugía Pediátrica, la doctora Rosa Mª Paredes Esteban.
Se trata de una cirugía novedosa que aporta a los pacientes mayor seguridad en el quirófano al «permitir a los cirujanos realizar muchos tipos de procedimientos complejos con mayor precisión, flexibilidad y control, en comparación con las técnicas convencionales», según explica la jefa de servicio de Cirugía Pediátrica en el Hospital Reina Sofía, de Córdoba, la doctora Rosa Mª Paredes Esteban.
Las ventajas de esta forma de intervención son diversas, pero destaca especialmente que se trata de un procedimiento mínimamente invasivo. Además, «permite el acceso a cavidades pequeñas y difíciles de acceder ya que dota de visión 3D de alta definición y una visión 10 veces superior a la original. A ello hay que añadirle que el cirujano puede realizar a través de los brazos robóticos giros y movimientos que la muñeca humana es incapaz, permite una rotación de 540º y 7 grados de libertad», afirma la doctora Paredes Esteban.
«Todo ello conlleva mejor disección respetando estructuras pequeñas e importantes que suponen menores complicaciones, menor sangrado y menor dolor, ya que se incide directamente sobre la zona a tratar sin que se extienda a los tejidos circundantes. Son ventajas tanto para el cirujano, durante la intervención, como para el paciente. Y también para el sistema sanitario y la ciudadanía, ya que significa un menor ingreso y menos complicaciones», añade.
Con todas estas posibilidades, la doctora Paredes subraya que se trata de «la cirugía del futuro, igual que lo fue la cirugía laparoscópica en su momento». A pesar de ello, en la actualidad recibe numerosas críticas, «como ya sucedió con la laparoscopia», apunta la experta. Las mayores críticas hacia este procedimiento provienen de su alto coste.
Además del robot, cuyo precio es elevado, es necesario disponer de un quirófano habilitado para ello, un equipo multidisciplinar formado y una certificación para realizar cirugía robótica por parte de los cirujanos. Todo esto significa que «solo es posible contar con esta opción si entra en un programa ya establecido de robótica para adultos».
En este sentido es reseñable que, mientras que en adultos se han realizado unas 80.000 intervenciones con cirugía robótica en adultos desde que se comenzó esta técnica, solo se han alcanzado los 350 pacientes pediátricos. «Es decir, una vez más tenemos que reivindicar el derecho de los pacientes pediátricos», añade.
En pediatría aún existen muchas limitaciones y desafíos ya que «hoy por hoy no existe un instrumental del tamaño necesario para el niño que se pueda introducir por los brazos del robot; y solo se pueden utilizar tres brazos (el robot tiene cuatro) por el pequeño tamaño del paciente. Aun así, hemos realizado cirugía robótica en niños de tan solo un año de edad», reconoce la cirujana pediátrica.
En contra de lo que pueda creer la ciudadanía, la cirugía robótica pediátrica «no es un robot programado para hacer por sí mismo una intervención quirúrgica. El robot no opera solo, sino que todos los movimientos son realizados en tiempo real por el cirujano que lo dirige».
El sistema más utilizado en pediatría es el denominado Da Vinci Xi, que consta de una parte compuesta por cuatro brazos robóticos, denominado ‘el carro del paciente’. Cuenta, además, con una torre de visión; y una consola que el cirujano principal controla en todo momento. El cirujano ve en imágenes 3D el campo quirúrgico y es él quien, a través de los brazos de la consola, emite los impulsos eléctricos que los mueven con precisión. Es él quien realiza la intervención.