Una delegación interministerial del Gobierno de España negociará este martes con autoridades de Marruecos la «progresiva normalización» en las fronteras terrestres, ya en marcha, incluida la reapertura de la aduana en Melilla y la creación de una nueva en Ceuta conforme a lo acordado por ambos países durante el encuentro entre el presidente, Pedro Sánchez, y el rey Mohamed VI el pasado 7 de abril.
La cita se celebra en Madrid cuatro días después de las dudas planteadas, luego matizadas, por el director general de Aduanas del país vecino, Nabil Lakhdar, y un día antes de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparezca en el Congreso para explicar el apoyo al plan de autonomía marroquí para el Sáhara, que rechaza tanto sus socios como la oposición.
En una entrevista publicada el pasado jueves en la edición digital de la revista Tel Quel, aseguró que las «condiciones geográficas» no permiten construir las instalaciones para las aduanas y que el tema «no era de actualidad» para Marruecos, si bien luego rebajó sus palabras.
Con ello, se desmarcaba de uno de los hitos en la nueva etapa en la relación que ha venido esgrimiendo el propio Sánchez y también el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, nada más terminar la cena con la que España y Marruecos pusieron fin a la grave crisis diplomática vivida hace un año a raíz de la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
Todavía en Rabat, Sánchez indicó que entre los pasos que se iban a dar en el marco de la hoja de ruta pactada figuraba la reapertura de las fronteras, lo que incluiría la aduana de Melilla, que Marruecos cerró de forma unilateral en 2018, y la apertura de una instalación de este tipo en Ceuta, donde nunca existió. No obstante, Rabat nunca ha confirmado hasta ahora que este paso vaya a darse.
En este contexto, el Ministerio del Interior anunció este domingo por la tarde que España y Marruecos se reunirían en Madrid este 7 de junio para completar el proceso de reapertura de la frontera terrestre iniciado el 17 de mayo para residentes de la Unión Europea y con permiso para circular en Schengen y que, desde el 31 de mayo, se amplió a trabajadores transfronterizos.
DIRECTORES GENERALES
En un escueto comunicado, el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska explicaba que la reunión se celebraría «entre las administraciones competentes para establecer las modalidades y el calendario de finalización del proceso de normalización de la circulación de personas y mercancías por los dos puestos terrestres».
Fuentes gubernamentales han precisado a Europa Press que a la cita asistirán directores generales de los ministerios de Asuntos Exteriores, Interior y Hacienda, que ya están implicados en otras negociaciones con Marruecos como la Operación Paso del Estrecho (OPE) que, al igual que la reapertura de los pasos fronterizos, se ha retomado en las últimas semanas tras dos años de parón por la pandemia de Covid-19.
«Esta reunión tendrá lugar en el marco de la aplicación de los compromisos de la declaración conjunta del 7 de abril», continuaba el comunicado, en referencia al encuentro de Pedro Sánchez y el rey Mohamed VI. «En particular», matizaba, «en lo relativo a la progresiva normalización de la circulación de personas y mercancías, por medio de los sistemas de control aduanero y de personas».
Desde el Gobierno evitan entrar en más detalles sobre los siguientes pasos a dar, aunque en estos meses se ha venido defendiendo que la reapertura de las fronteras con Ceuta y Melilla no puede ser para una vuelta a la situación previa a su cierre por la pandemia hace algo más de dos años.
Con todo, y a falta de que Marruecos se pronuncie claramente sobre si habrá o no aduana en ambas ciudades autónomas –que vendría a suponer el reconocimiento por parte de Rabat de la soberanía española sobre ambos enclaves que reivindica como propio–, el comunicado de Interior está en línea con lo que ya decía en su momento la declaración conjunta del 7 de abril.
Entonces, el punto tercero señaló que «la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo».
FUTURO DEL CONTRABANDO
En su entrevista, el director de Aduanas marroquí también hablaba del contrabando –o comercio atípico, según el país vacino– como algo del pasado, encuadrando la reapertura de El Tarajal en Ceuta y Beni Enzar en Melilla exclusivamente al paso de personas, sin incluir mercancías.
Esto último es un punto delicado dentro de la hoja de ruta entre ambos países porque las ciudades autónomas españolas recelaban ya antes de la pandemia de Covid-19 de la estrategia de Marruecos a la hora de cortar toda la actividad comercial, al sospechar que el objetivo era la asfixia económica.
Una vez iniciada la reapertura gradual de las fronteras, algunos partidos locales han deslizado críticas por la falta de «reciprocidad» de Marruecos en lo referente al paso de mercancías. El PP de Melilla se ha quejado de que la policía marroquí no permite llevar ningún artículo desde las ciudades españolas al reino alauí, aunque el ciudadano vaya en régimen de viajero. Sin embargo, esto no ocurre en sentido inverso.
El líder de CPM y socio del Gobierno melillense del PSOE también criticó esta circunstancia tras el anuncio de la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, de que no se permitirá pasar desde Marruecos a la ciudad española más de diez kilos entre frutas y verduras por persona o vehículo, así como la exigencia de un certificado sanitario para cruzar con pescado.
La semana pasada, los presidentes de Ceuta y Melilla, Juan Jesús Vivas y Eduardo de Castro, respectivamente, reclamaron una mayor integración económica e institucional de ambas ciudades en la Unión Europea para contrarrestar las «amenazas híbridas» que plantea Marruecos, principalmente por la histórica reivindicación de la soberanía sobre ambas ciudades norteafricanas.
Ambos mandatarios locales respaldaron desde el Parlamento Europeo el informe, por iniciativa del eurodiputado de Ciudadanos Jordi Cañas, que plantea la incorporación efectiva de Ceuta y Melilla al espacio Schengen, la incorporación de ambas ciudades al Territorio Aduanero de la Unión (TAU) y la adquisición del estatuto de región ultraperiférica.