Es un poco imprevisible qué va a suceder en España en las próximas semanas. Estamos viendo cómo en nuestro país parece que nos hemos estancado en torno a los 400 casos de contagios de COVID-19 por cada 100.000 habitantes, una de las cifras más bajas de Europa. Pero, ¿qué pasará a partir de ahora?
Charlamos en Infosalus con el virólogo, y director de Cultura Científica del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid, José Antonio López Guerrero, quien considera que este estancamiento responde previsiblemente a los datos de seroprevalencia alcanzados en España, bien por los niveles de inmunización, por el efecto de las vacunas, o por las infecciones registradas estos meses.
«Más del 90% de la población española está parcial o totalmente protegida y esto hace que haya bajado mucho el número de casos, de los 3.000 que llegamos a alcanzar en el pico de la sexta ola, con 10.000 millones de infectados», recuerda.
Aparte, el también profesor de Microbiología en la Universidad Autónoma de Madrid defiende que nuestro país es uno de los que todavía mantiene la mascarilla y otras medidas protectoras, algo que en su opinión también está contribuyendo a que no aumenten los contagios.
CUIDADO CON LA SEMANA SANTA
Ahora bien, este experto advierte de que próximamente, con la llegada de la Semana Santa o con la celebración de las Fallas vienen días de más movilidad, así como «una presión para la dispersión del virus importante». A su juicio, si no se hace mucha pedagogía en la población de mantener la mascarilla, incluso en exteriores donde haya mucha gente, como es el caso de las procesiones de Semana Santa donde recomienda llevarla, vaticina que «seguramente sí habrá un aumento de casos».
Este divulgador científico, pero también investigador, duda de si llegaremos a una séptima ola y considera que, si acaso, se registrarán brotes, un aumento puntual de los casos, sobre todo en los países donde hay mucha gente sin vacunar, pero sin llegar a los niveles registrados en esta última sexta ola de las Navidades.
«No creo que lleguemos a niveles de la sexta ola, por lo menos ahora, quizá después del verano cuando empiece el otoño y ese virus se haga estacional sí podríamos tener esos procesos epidémicos como tenemos con la gripe. Pero ahora, aunque haya un aumento de casos, es previsible que estos no vayan seguidos de presión hospitalaria. Hay que tener en cuenta que muchos de los casos de fallecimientos reportados son personas que fallecen con el virus pero no por el virus», mantiene López Guerrero.
«HAY QUE ESTAR ALERTA»
Por su parte, la epidemióloga y presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) Elena Vanessa Martínez advierte de que el hecho de que los países del entorno estén registrando un aumento en el número de contagios «significa que hay que estar más alerta» para ver si finalmente sucede también en nuestro país.
Dice que sí se ha ralentizado la incidencia acumulada en España, aunque no en todas las comunidades autónomas por igual y recuerda de igual forma que de aquí a no mucho se celebrarán las Fallas o la Semana Santa, momento en el que las personas tienen más contacto y puede efectuarse un aumento de la transmisión del virus.
«Que ocurra o no séptima ola tendremos que estar más vigilantes, e intentar controlar en aquello que nos pueda alertar, sobre todo en los casos de personas que puedan tener enfermedad grave. Ahora mismo las cuarentenas no se hacen pero hay que intentar el máximo posible que, si uno se contagia, no tener contacto con ninguna persona de riesgo frente a la COVID-19», subraya.
Eso sí, celebra que gracias a las altas tasas de vacunación que tenemos en España, que no son comparables con otros países del entorno, no hay que asumir que vamos a ir por el mismo camino, pero sí insiste en que hay que estar pendiente. «Se ve por ejemplo un aumento de los contagios en Reino Unido, donde no existe el uso de mascarillas. Hay que tener precaución y vigilar a si hay que hacer algún tipo de actividad para prevenir cualquier posibilidad de que las personas con posibilidad de desarrollar enfermedad grave se contagien», agrega Elena Vanessa Martínez.
Sobre cómo se espera el comportamiento del virus en los próximos meses, esta epidemióloga reconoce que es pronto para decirlo porque es un virus nuevo y todavía desconocido: «Esta es la primera temporada en la que ha circulado al mismo tiempo que el resto de virus, porque durante el resto pandemia se desplazó la circulación de otros virus respiratorios. Este invierno ha circulado al mismo tiempo que los demás, y todavía quizá el resto no ha vuelto a su circulación normal. Hay que seguir vigilando y ver qué tipo de comportamiento va a tener de aquí en adelante cuando sea parte del grupo de virus respiratorios habitual».
NORMALIZAR LA SITUACIÓN
En este sentido, África González Fernández, catedrática de Inmunología de la Universidad de la Vigo, y expresidenta de la Sociedad Española de Inmunología, cree que es momento de ir normalizando las situación porque «claramente» se ve que es una enfermedad más leve, gracias principalmente a las vacunas, pero también a la variante ómicron que ha hecho que muchos se infectaran o incluso reinfectaran.
Sobre las próximas semanas dice que hay que ver el mantenimiento de la memoria inmunitaria, que no se sabe cuánto dura, y si hay personas que se infectaron ver cuánto dura esa protección y cuánto tiempo se mantiene. «Sí que está claro que puede haber muchos casos de reinfecciones. El estar vacunado o infectarse no protege frente al contagio de ómicron pero sí frente a desarrollar enfermedad grave», insiste.
Por eso, esta experta incide que, dada la incidencia actual, hay que centrarse más en los más vulnerables, en los inmunodeprimidos y ver qué tipo de tratamientos se les pueden proporcionar.
El doctor Marcos López Hoyos, actual presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), no descarta que, dado el aumento de casos en los países del entorno, en España pueda producirse la misma situación.
«Hemos bajado de los más de 3.000 contagios por cada 100.000 habitantes en la sexta ola a uno 400 por cada 100.000. Siguen siendo cifras muy elevadas, y se ha transmitido quizá una falsa sensación de relajación, cuando los niveles a día de hoy siguen siendo muy altos y en olas anteriores con estas cifras se pensaba en confinar a la población. Es cierto que estamos ahora más protegidos por las vacunas y la inmunización, pero las cifras son altas y si el nivel de contagios o la incidencia vuelve a subir tendremos problemas asistenciales y de mortalidad», alerta este experto.
¿NUEVA VARIANTE?
Por su parte, el responsable de Hospitalización COVID del Hospital de Sant Pau, el doctor Pere Domingo, mantiene que si algo nos ha enseñado el SARS-CoV-2 es que «es imprevisible», y que las noticias que nos llegan del exterior es que en la mayor parte de los países del entorno, como Italia u Holanda, están aumentando los casos. «Si esto será el preludio, es posible. No se puede decir que no», vaticina.
Y además teme que se van a dar una serie de circunstancias que harán más probable si cabe el que se incrementen los casos: por un lado la relajación de las restricciones, y por otro, el que surja una nueva variante que sea más transmisible que las vistas hasta la fecha.
«En tercer lugar, a pesar de que tenemos una cobertura vacunal excepcional, hay inmunodeprimidos, que son pasto para el virus. Puede ser que estemos a las puertas de una nueva oleada. No será como la anterior porque tenemos el muro vacunal, que ha demostrado una alta capacidad de contención frente a la hospitalización y a la muerte, y en esto la vacuna es muy buena, desgraciadamente no así a la hora de evitar la infección», zanja este experto.
«Creo que estamos todavía en descenso de la sexta ola y no esperaría una séptima ola de momento con la tasa de inmunización que tenemos en España, salvo que fuera debida a una variante nueva», subraya el catedrático de Inmunología Afredo Corell, quien se muestra, eso sí, convencido de que España debe permanecer «vigilante» por los datos que se están recabando de los países del entorno y que reflejan un aumento en el número de casos.
Sostiene también que ahora estamos en un momento en el que nos acercamos al buen tiempo y donde la gente tiene muchas ganas de socializar, «con lo cual si hubiera un repunte sería difícil de contener»; si bien Corell insiste en que, dado el nivel de inmunización que tenemos, va a ser difícil que tenga lugar una ola de contagios similar a la anterior, con la misma intensidad o características.