El FC Barcelona estará este viernes en el sorteo de los octavos de final de la Liga Europa tras arrollar al Nápoles en un Stadio Diego Armando Maradona que se decantó por los blaugranas, en el duelo entre dos exequipos del ’10’, y por su juego ofensivo y directo que, de la mano del acierto que faltó en el Camp Nou, sentenció a los napolitanos.
La ida se saldó con empate (1-1) porque el Barça jugó mejor y dominó pero no atinó. Tan solo lo hizo Ferran Torres y de penalti. Esta vez, en el histórico San Paolo, fue el Nápoles el que marcó desde los once metros para, con otro postrero gol, salvar el honor en la goleada de un Barça que vio puerta con facilidad y mejoró todavía más su juego.
Dominio absoluto, frontón ante Meret y mucha verticalidad primero, para adelantarse y sentenciar, y control, después, para asegurar el billete a octavos. El Barça supo maniatar al Nápoles, la ‘bestia’ que nadie quería, y golear al equipo que menos encaja en la Serie A, donde es tercero y aspirante al ‘Scudetto’.
Tras este partido, no obstante, quedan fuera de Europa. Y el Barça, por contra, se convierte en serio aspirante y hasta favorito para ganar la Europa League. Quedará un mundo, hasta siete partidos pensando en la hipotética final, pero jugando así este Barça será el ‘coco’ del sorteo.
Cosas a mejorar, la efectividad defensiva. Dos errores costaron dos goles. El primero, el de Ter Stegen saliendo tarde y mal para cometer el penalti. El segundo, de Nico queriendo sacar el balón jugado dentro del área propia. Dos errores, dos puñales en la espalda. Pero no hicieron sombra al gran partido, en general, de un Barça que quiere verse más veces disfrutando como en Nápoles.
Y es que en 13 minutos el resultado era de 0-2 y la eliminatoria estaba cerrada. Al descanso, un 1-3 con gol sobre la bocina de Gerard Piqué, el central con alma de delantero que en el área rival controló con la derecha para chutar cruzado con la zurda. La mejor manera de irse al descanso tras el 1-2 momentáneo de los de Spalletti, obra de Insigne de penalti.
En la segunda parte el Barça frenó su verticalidad, su juego más directo, para ir domando el balón y frenando la esperanza napolitana. Contraste destacado respecto a una primera parte donde los blaugranas, sobre todo Adama, Aubameyang y Ferran fueron galgos, rayos, puñales ante la defensa napolitana.
De hecho, el primer gol del Barça fue tan inusual como residual en el ‘ADN’ blaugrana. Lorenzo Insigne –pitado al ser cambiado– erró en el saque de córner, la robó el Barça y montó una contra con Aubameyang, Adama y Jordi Alba, que culminó. Y poco después Frenkie De Jong se sumó a la fiesta con un disparo preciso, con rosca y de parábola imparable para que Meret sólo pudiera seguirla con la mirada hasta verla en sus redes.
Buen partido, completo pese a esos dos caros errores defensivos, de un Barça que sigue creciendo y que, en esta eliminatoria, fue el gran dominador. Un 5-3 en el global del cruce que se queda corto por lo visto en el Camp Nou y en un rebautizado Stadio Diego Armando Maradona que, claramente, vio al ’10’ elegir su pasado blaugrana sobre el napolitano, pese a que su casa resida en el antiguo San Paolo.