Un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores acaba de refutar la creencia habitual que sugiere que buscar en Internet para evaluar la veracidad de la información errónea reduciría la creencia en ella. Según concluye, sucede lo contrario, es decir, que las búsquedas para evaluar la veracidad de noticias falsas en realidad aumentan la probabilidad de creer en la desinformación.
Los resultados, publicados en la revista ‘Nature’, ofrecen una visión del impacto de los resultados de los motores de búsqueda en sus usuarios, un área relativamente poco estudiada.
«Nuestro estudio demuestra que el acto de buscar en Internet para evaluar noticias aumenta la creencia en la desinformación más popular, y en cantidades notables», afirma Zeve Sanderson, director ejecutivo fundador del Center for Social Media and Politics (CSMaP) de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos) y uno de los autores del estudio.
La razón de este resultado puede explicarse por los resultados de los motores de búsqueda: en el estudio, los investigadores descubrieron que este fenómeno se concentra entre las personas para las que los motores de búsqueda devuelven información de menor calidad.
«Esto apunta al peligro de que los ‘vacíos de datos’ (áreas del ecosistema de la información dominadas por noticias e información de baja calidad, o incluso falsas) puedan estar desempeñando un papel importante en el proceso de búsqueda en línea, provocando un escaso retorno de información creíble o, lo que es más alarmante, la aparición de información no creíble en la parte superior de los resultados de búsqueda», observa el autor principal, Kevin Aslett, profesor adjunto de la Universidad Central de Florida e investigador afiliado al CSMaP.
En trabajo, Aslett, Sanderson y sus colegas estudiaron el impacto del uso de motores de búsqueda en línea para evaluar opiniones falsas o engañosas, un enfoque fomentado por empresas tecnológicas y organismos gubernamentales, entre otros.
Para ello, reclutaron participantes a través de Qualtrics y Amazon’s Mechanical Turk -herramientas utilizadas con frecuencia en la realización de estudios de ciencias del comportamiento- para una serie de cinco experimentos y con el objetivo de calibrar el impacto de un comportamiento común: buscar en Internet para evaluar noticias (SOTEN).
Los cuatro primeros estudios analizaron los siguientes aspectos del comportamiento de búsqueda en línea y su impacto: El efecto de SOTEN en la creencia tanto en noticias falsas o engañosas como verdaderas directamente dentro de los dos días de la publicación de un artículo (los artículos falsos populares incluyeron historias sobre las vacunas COVID-19, el proceso de destitución de Trump y los eventos climáticos); si el efecto de SOTEN puede cambiar la evaluación de un individuo después de que ya había evaluado la veracidad de una noticia; el efecto de SOTEN meses después de la publicación, y el efecto de SOTEN en noticias recientes sobre un tema destacado con una cobertura informativa significativa (en el caso de este estudio, noticias sobre la pandemia de Covid-19).
Un quinto estudio combinó una encuesta con datos de seguimiento web para identificar el efecto de la exposición a resultados de motores de búsqueda de baja y alta calidad sobre la creencia en la desinformación. Al recopilar los resultados de las búsquedas mediante un complemento personalizado del navegador web, los investigadores pudieron identificar cómo la calidad de estos resultados de búsqueda puede afectar a la creencia de los usuarios en la desinformación evaluada.
Los índices de credibilidad de las fuentes del estudio fueron determinados por NewsGuard, una extensión del navegador que califica las noticias y otros sitios de información con el fin de orientar a los usuarios a la hora de evaluar la fiabilidad de los contenidos que encuentran en Internet.
En los cinco estudios, los autores descubrieron que el acto de buscar en Internet para evaluar las noticias provocaba un aumento estadísticamente significativo de la creencia en la desinformación. Esto ocurría tanto poco después de la publicación de la desinformación como meses más tarde.
Este hallazgo sugiere que el paso del tiempo –y ostensiblemente las oportunidades para que las comprobaciones de hechos entren en el ecosistema informativo– no disminuye el impacto de SOTEN en el aumento de la probabilidad de creer que las noticias falsas son verdaderas. Además, el quinto estudio demostró que este fenómeno se concentra entre los individuos para los que los motores de búsqueda devuelven información de menor calidad.
«Los resultados ponen de relieve la necesidad de que los programas de alfabetización mediática fundamenten sus recomendaciones en intervenciones probadas empíricamente y de que los motores de búsqueda inviertan en soluciones a los retos identificados por esta investigación», concluye Joshua A. Tucker, profesor de Políticas y codirector del CSMaP, otro de los autores del trabajo.