Fallece el pintor vallisoletano Félix Cuadrado Lomas

Alvaro San Román

El pintor vallisoletano Félix Cuadrado Lomas, parte fundamental del denominado ‘Grupo Simancas’ (1967-2007) desde que estableciera su estudio en este municipio, ha fallecido a los 90 años.

«Se nos acaba de ir quien siempre dijo que el paisaje de Castilla y León había sido modelado por nuestros agricultores y que él también supo expresar a través de su pintura #DEP», ha señalado el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural y muy próximo al artista, Jesús Julio Carnero, a través de su cuenta de Twitter.

También ha lamentado su pérdida el consejero de Cultura y Turismo, Javier Ortega, que ha asegurado que se trata de «una gran pérdida». «Los paisajes de Castilla y León le extrañarán», ha añadido.

Lomas ha recibido, entre otros, el Premio a la Trayectoria Artística de la Diputación Provincial y en 2017 fue designado Premio de las Artes de Castilla y León que rechazó al no contar con dotación económica. Además ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción como académico de honor.

Ha viajado y pintado por España, Portugal, Francia, Marruecos, Italia o México, y ha formado parte del Grupo Simancas, estableció su estudio allí en 1975, junto con Jorge Vidal, Jacobo, Domingo Criado, Gabino Gaona y Francisco Sabadell, cuyas obras reunió la Fundación Villalar en una exposición que acogió el Museo Patio Herreriano en el 2011. Antes, en el 2003, la Consejería de Cultura de la Junta le dedicó una exposición itinerante.

Ha mostrado su obra en numerosas exposiciones individuales y algunas colectivas, ha hecho libros y carpetas de grabados, como ‘Flores’, ‘Palomares’, ‘Desnudos o ‘Paisajes»; dibujado los ‘Retazos de Torozos’ que escribió Blas Pajarero o ilustrando los ‘Pliegos de cordel vallisoletanos’ de la Librería Relieve.

Convencido de que sin saber dibujar no se puede pintar, no sólo pasó tres años en la Escuela de Artes y Oficios aprendiendo a hacerlo, sino que durante toda su vida ha trazado sobre papel, cartulina o una hoja de cuaderno cuanto veía. Muchas veces con tinta china, en la calle y en el campo, en los lugares que forman parte de su entorno cotidiano y en aquellas otras que visitaba por primera vez.

El artista fue evolucionando sin perder nunca su personalidad ni su amor por los paisajes, palomares–a veces medio derruidos–bodegones, huesos, mulas, cabras, toros–presentes en la plaza a través de banderillero o capote de gala–, viñas y desnudos.

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