Feministas católicas reclaman en concentraciones por todas España «voz y voto» en la Iglesia y denuncian los abusos

Redacción

Feministas católicas de la Revuelta de Mujeres en la Iglesia se han concentrado este domingo en 26 ciudades de España para reclamar «voz y voto» en esta institución y denunciar los abusos hacia las mujeres, que, según destacan, han permanecido «relegadas, silenciadas, invisibilizadas y cuestionadas».

Bajo el lema este año de ‘Memoria y Esperanza’, las concentraciones, que se celebran el domingo anterior al 8 de marzo en el marco de las reivindicaciones feministas, reclaman una Iglesia sinodal «en la que todos y todas caminen juntos».

Según ha indicado a Europa Press Carmen Montejo, miembro de la Revuelta de Mujeres en la Iglesia, ‘memoria’ hace referencia a visibilizar, a poner voz a las mujeres víctimas de abusos, mientras que ‘esperanza’ es porque aspiran a una Iglesia sinodal de relaciones horizontales donde no se den asimetrías de poder ni subordinación de las mujeres.

Así, a través de metáforas visuales, se ha hecho un llamamiento a la memoria para visibilizar y reparar a las víctimas de abusos en la Iglesia y a la «esperanza» en la construcción de una nueva Iglesia sinodal.

La Revuelta de Mujeres se ha producido en Alicante, Badajoz, Barcelona, Bilbao, Burgos, Cabra, Ciutadella, Córdoba, San Sebastián, Granada, Huelva, Las Palmas de Gran Canaria, Logroño, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Pamplona, Salamanca, Santander, Santiago de Compostela, Sevilla, Valencia, Vitoria, Vigo y Zaragoza.

En el caso de Madrid, la movilización ha tenido lugar en el mismo emplazamiento que años anteriores, frente a la catedral de la Almudena, donde se ha celebrado una actuación reivindicativa con un cuadro de Rupnik que ha «sangrado» una tinta roja. Rupnik, según han señalado las organizadoras, «es un sacerdote y uno de los grandes depredadores sexuales que la Iglesia ha tenido en los últimos años».

«Nuestra Iglesia está manchada con la sangre de todas estas mujeres y menores abusadas», ha denunciado las organizadoras durante el acto, y también han destacado: «Sobre la sangre de las víctimas, sangre del cordero, nosotras construimos la nueva Iglesia». Además, los varios centenares de asistentes han cantado y escuchado el testimonio de una víctima de abuso en el seno de la Iglesia.

Estas concentraciones comenzaron en 2020 y son herederas del movimiento de mujeres cristianas feministas que durante décadas han formado parte de diferentes grupos. Una de las portavoces de la Revuelta, Pepa Moleón, ha indicado que había que seguir trabajando pero de una manera «mucho más visible» para reivindicar la igualdad en la iglesia, en todos los estamentos, y entonces nació propiamente la Revuelta.

MEMORIA, REPARACIÓN Y ESPERANZA

Este año, las Mujeres de la Revuelta han «traído» a los actos «un mal sistémico que por fin ha salido a la luz» a través del Informe del Defensor del Pueblo sobre los abusos sexuales en la Iglesia y han manifestado que «los datos sobre mujeres adultas vulneradas por violencia sexual, de poder y de conciencia cuadruplican el número de víctimas de abusos de menores».

La Revuelta de Mujeres en la Iglesia, según han indicado las organizadoras, ha jugado un activo papel de condena y denuncia contra estas agresiones a mujeres adultas vulneradas de la Iglesia.

Desde la comisión de la Revuelta ‘Justicia y reparación con las mujeres víctimas de abusos en la Iglesia’ se ha llevado a cabo una tarea de sensibilización a través de conversatorios online, artículos publicados en prensa y conferencias. Espacios desde los que estas víctimas han clamado ser reconocidas y donde se ha exigido la necesidad de una petición pública de perdón y de reparación íntegra y económica.

Además, según ha apuntado una de las portavoz de la organización, Pepa Torres, la Revuelta pide «una reforma estructural de la Iglesia» y, en ese sentido, ha señalado que «apoyan» al Papa Francisco pero le «recuerdan» que no sin ellas, que tiene que escuchar las propuestas y las reivindicaciones de las mujeres.

«Creemos que entre feminismo y cristianismo no hay una contradicción intrínseca. Buscamos la liberación también de las mujeres desde nuestra tradición cristiana y desde los aprendizajes también que hacemos con los feminismos», ha remarcado Torres.

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