Las selecciones de Argentina y Francia tratarán de conquistar este domingo en el Estadio de Lusail (16.00 horas/La 1), en la final del Mundial de Catar, su tercera estrella, un partido en el que los ‘Bleus’ aspiran a revalidar el título por primera vez en 60 años y en la que la albiceleste, con Leo Messi a la cabeza, sueña con levantar la copa 36 años después.
Dos títulos contemplan a los ‘Bleus’ (1998 y 2018), vigentes campeones, y otros dos a los argentinos (1978 y 1986), y este domingo uno de los dos coserá una nueva estrella en su camiseta para acercarse a Brasil, pentacampeona (1958, 1962, 1970, 1994 y 2002), y a Alemania (1954, 1974, 1990 y 2014) e Italia (1934, 1938, 1982 y 2006), con cuatro entorchados cada una. Todo en una final que va mucho más allá.
Para Argentina, levantar la copa supondría el culmen de la carrera de Leo Messi, al que sus compatriotas siempre le han negado la comparación con Diego Armando Maradona por carecer del trofeo dorado. Fue precisamente el ‘Pelusa’, fallecido en 2020, el último argentino que triunfó en un Mundial, en México’86.
Ahora, 36 años después, otro ’10’, que ni siquiera había nacido cuando Maradona alzó el trofeo al cielo del Estadio Azteca, quiere seguir incrementando su leyenda en su quinta Copa del Mundo, seguramente la de su despedida a sus 35 años y la que le podría quitar la ‘espinita’ de la final perdida en Brasil 2014.
Y es que los de Lionel Scaloni han ido de menos a más en un torneo que iniciaron con una sorprendente derrota ante Arabia Saudí. Las victorias ante México y Polonia le permitieron avanzar a las eliminatorias, donde superaron a Australia antes de sobrevivir al dramático y polémico duelo ante Países Bajos, resuelto en los penaltis, en cuartos de final. En semifinales, Croacia ni siquiera inquietó a la albiceleste (3-0).
Enfrente, la historia también espera a Francia, que aspira a convertirse en la primera selección en revalidar el título desde que lo consiguiera la Brasil de Pelé en 1962 (1958 y 1962), emulando también a la Italia de la década de los treinta (1934 y 1938). Sería, además, su tercera estrella en 24 años, y todas con un denominador común: Didier Deschamps.
El ahora seleccionador galo hizo historia al lograr la primera estrella para los ‘Bleus’ en 1998, y dos décadas después, en Rusia, se sentaba en el banquillo cuando el equipo se adjudicó la segunda. En Catar, solo cuatro años más tarde, quiere seguir siendo el amuleto del combinado francés.
Para ello, contará con la inestimable ayuda de Kylian Mbappé, el delantero de moda y que, con solo 23 años, aspira a convertirse en bicampeón mundial. Todo el planeta le contemplará en su duelo con Messi, su compañero en el Paris Saint-Germain, en el mayor escenario futbolístico del mundo.
Tras las victorias ante Dinamarca (2-1) y Australia (4-1) y la intrascedente derrota ante Túnez (1-0) en fase de grupos, Polonia (3-1), en octavos, e Inglaterra (1-2), en cuartos, cayeron a manos de la vigente campeona, que derrotó a Marruecos (2-0) para colarse en su segunda final consecutiva de Copa del Mundo.
Todo en un encuentro marcado por el llamado ‘virus del camello’, un tipo de coronavirus que ha afectado a varios jugadores franceses en los últimos días pero que no impedirá que Deschamps pueda contar con todos sus hombres, incluidos los ‘tocados’ Varane, Tchouaméni, Konaté, Theo Hernández y Coman, en la final.
Hugo Lloris y el ‘Dibu’ Martínez, decisivos en este torneo, se retarán en un partido en el que, además de hacer frente a Messi y Mbappé, tendrán que crecerse ante el buen momento de los atacantes rivales. Olivier Giroud, ya máximo anotador de la selección francesa, y Antoine Griezmann, clave en el éxito galo, examinarán al guardameta argentino, mientras que Julián Álvarez, que se ha ganado el puesto ante Lautaro Martínez con cuatro tantos en los últimos cuatro partidos, pondrá en el punto de mira al capitán de los ‘Bleus’.
