Francisco Álvarez, uno de los diputados de Ciudadanos en Murcia que votó en contra de la moción de censura contra Fernando López Miras ha asegurado este jueves que el partido a nivel nacional «ha estado recibiendo algunas transferencias» que no cree que «sean las convenientes y las oportunas». En concreto, se ha referido a un desvío de 280.000 euros de Cs de Murcia a Madrid en lo que va de legislatura.
«Y a cambio de esto, el partido debería haber llevado a cabo acciones en favor de ese grupo parlamentario y no se ha hecho absolutamente nada», ha advertido Álvarez en una entrevista a Onda Regional recogida por Europa Press, donde ha manifestado que desde la Región «se ha llevado dinero a Madrid», en concreto, insiste, «280.000 euros en lo que va de legislatura» con un motivo que desconoce.
No entiende, además, el rumbo que ha tomado la actual ejecutiva nacional de Cs, pero considera que «ha dado lugar a la desintegración total y absoluta del partido en toda España».
Álvarez fue uno de los diputados, junto con Isabel Franco y Valle Miguélez, que votaron en contra de la moción de censura presentada por su partido, Cs, y el PSOE, para desbancar al PP del Gobierno regional.
Tras su rechazo a la iniciativa, los tres parlamentarios fueron expulsados por la formación liderada por Inés Arrimadas, y días después, nombrados consejeros: Álvarez de Empleo, Investigación y Universidades y Miguélez de Empresa, Industria y Portavocía. Franco, por su parte, continuó al frente de la Consejería de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familia y Política Social.
GOBIERNO REGIONAL «ESTABLE»
Álvarez, que confiesa que no tiene ningún contacto con la dirección nacional desde el 9 de marzo ni interés alguno, afirma que son ellos quienes «han roto los puentes, expulsándome del partido teóricamente, ya que el recibo me lo han pasado al cobro». «Si estoy expulsado cómo me pasan el recibo», cuestiona.
Con su cese, a petición propia, de la cartera de Empleo, Investigación y Universidades para ser portavoz del Grupo Parlamentario de Ciudadanos, entiende que «ahora mismo hay un gobierno muy estable con una mayoría suficiente y estable en la Asamblea Regional y así ha quedado demostrado».
A su juicio, la formación naranja no es ningún partido «inexistente» y según contempla el reglamento, «se establece que la mayoría del grupo decidirá las acciones que se llevarán a cabo, siempre de acuerdo al programa electoral». «Si alguien lo incumple será objeto de una posible sanción, que se estudiará con posibles medidas de expulsión del grupo», indica.
En clave política, no es partidario de convocar elecciones una vez pase la pandemia y recuerda que «no había ninguna razón para que se presentara una moción de censura en el Gobierno murciano, porque era estable y sólo había una discrepancia entre dos personas».
«Y aún habiendo alguna razón, que no la había, continúa, en una situación de pandemia lo que se necesita es salvar vidas y empleos» y no meterse «en este berenjenal en el que nos ha metido Ana Martínez Vidal y Juan José Molina».
Álvarez, que confiesa sentirse de Cs «más que ningún otro» y que no ha cambiado de ideología ni de programa electoral, ha defendido que se está cumpliendo con un acuerdo que aprobó el Consejo General de Cs, «que es el órgano máximo del partido», mientras que desconoce lo que va a suceder en Madrid.
Ha afirmado que no guarda rencor a Juan José Molina, «a palabras necias oídos sordos», dice, aunque recalca que nunca olvidará lo que le ha dicho, «lo tendré presente».
Álvarez ha roto una lanza a favor del diputado y presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo. Hay que recordar que Ciudadanos ha iniciado el expediente de expulsión de Castillo, tras abstenerse este miércoles en la votación de la propuesta presentada por el también expulsado Francisco Álvarez, para designarse portavoz del Grupo Parlamentario –cargo ostentado hasta el momento por Juan José Molina–, y el reparto de las portavocías en las comisiones.
De hecho, ha lamentado que Castillo «está sufriendo ataques terribles por parte de la Ejecutiva regional de Cs en Murcia y de la ejecutiva nacional con insultos, amenazas y calumnias, es esperpéntico».