La Fundación Madrina está preparando un segundo convoy humanitario que incluye alimentos, ropa, productos de higiene, mantas, además de un equipo humano de psicólogos, enfocado en atender la salud mental de las personas afectadas por la tragedia ocasionada por la DANA en la provincia de Valencia.
Para conseguir este objetivo, la fundación ha puesto en marcha una campaña de recogida de enseres esenciales, que se llevará a cabo todos los días de la semana, de 9:00 a 18:00 horas, en la Plaza de San Amaro, 4, en Madrid.
El pasado viernes, la Fundación Madrina envió las primeras furgonetas y tráiler cargadas con alimentos y productos de primera necesidad para cubrir las necesidades urgentes de las familias afectadas. Al día siguiente, otra más partió con más suministros, acompañada de una docena de voluntarios que, además de repartir comida, colaboraron en la limpieza de las viviendas de las familias más golpeadas por la catástrofe.
Según explican los voluntarios de Madrina, cuando el pasado sábado entraron en casa de Ana Ramírez, en Alfafar (Valencia), se encontraron a esta mujer mayor sola en medio de lo que quedaba del salón de su casa. El fango llegaba hasta los tobillos y después de tres horas de trabajo, en las que los voluntarios usaron jarras y botes de basura para achicar el agua, consiguieron dejar limpia la vivienda.
Por su parte, Natalia López, de 15 años, y su amiga Daniela, han utilizado el fango como tinta y el dedo como pincel para escribir en lo que quedaba del mobiliario desperdigado por la calle mensajes de agradecimiento a los voluntarios. «El parque Alcosa saldrá de esta gracias a los voluntarios que nos ayudan a limpiar desinteresadamente. Todos a una», ha sido una de las frases plasmadas, según relatan los voluntarios de Madrina.
En la ciudad de Valencia, Fundación Madrina cuenta con un centro logístico de 10.000 metros cuadrados especialmente habilitado para recibir, clasificar y distribuir la ayuda. Además, se ha habilitado una residencia para voluntarios que están trabajando a diario en las labores de asistencia. Una vez superada esta primera fase, la residencia se destinará a albergar a las familias afectadas por la DANA que lo necesiten.
Además de las necesidades materiales –agua potable, botas de agua, palas, productos de limpieza, artículos de higiene personal, calcetines, alimentos para bebés, ropa, mantas, insecticidas y spray para mosquitos–, la entidad señala que empiezan a emerger otras necesidades de tipo psicológico.
Así, recuerdan el testimonio de Irina Bravo, vecina de Alfafar, de 42 años, que pone el ejemplo de su hija. «Lleva tres días sin dormir, va como sobreexcitada, yo no entiendo cómo no puede dormir después de estar todo el día limpiando», explica.
Por ello, la fundación está conformando un equipo de psicólogos en su misión para ofrecer apoyo emocional a las familias que han sufrido pérdidas materiales y personales.
La psicóloga de la Fundación Madrina María del Pilar Dávila defiende que la asistencia psicológica «es aún más importante» que los enseres. «Si tienes salud mental puedes afrontar cualquier cosa, porque vas a tener la fuerza y vas a encontrar los medios para poder adquirir los alimentos y reconstruir tu vida».
La necesidad inminente, según precisa, tienen es «ser escuchados, poder verbalizar todos esos sentimientos y emociones». Y advierte de que si no se actúa, estos síntomas iniciales puedan derivar en patologías. «La desesperación, la tristeza y la anhedonia se cronifican con el tiempo», ha avisado.
«Hemos visto el dolor y la angustia en los rostros de quienes han perdido sus hogares. Nuestra prioridad es acompañarles en este proceso, ayudándoles a encontrar fortaleza en la adversidad,» ha comentado la presidenta de la Fundación Madrina, Conrado Giménez.