Galicia adelanta a partir del viernes el toque de queda a las 22,00 horas, toda la hostelería deberá cerrar a partir de las 18,00 horas y los comercios tendrán un horario máximo hasta las 21,30 horas. Estas medidas se suman a las recomendaciones de evitar al máximo las reuniones o encuentros con no convivientes, que están limitadas a cuatro personas en toda la comunidad, y de llevar a cabo únicamente actividades «esenciales».
De estas medidas y recomendaciones ha informado el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en una rueda de prensa posterior a la reunión del comité clínico de este martes. En ella, informó de que, con carácter general, «no hay ningún ayuntamiento que no esté sometido» a restricciones en toda Galicia y todos quedan comprendidos en los dos niveles más altos de protección conforme al protocolo establecido.
Feijóo ha hecho la «recomendación» de llevar a cabo solo «lo esencial», como es «acudir al médico, colegios, cuidado de mayores y menores, acudir a comercios a comprar enseres indispensables y acudir con normalidad al trabajo», si bien en este punto ha hecho hincapié en que «siempre que sea posible» se recupere el teletrabajo.
Las principales restricciones son un máximo de cuatro personas en reuniones públicas y privadas. En este punto, y dado que toda la hostelería cerrará a las 18,00 horas, Feijóo ha pedido «no sustituir» estos encuentros en los bares y restaurantes en los domicilios privados, esto es, no realizar reuniones de no convivientes entre las 18,00 y las 22,00 horas, del toque de queda nuevo.
El comercio deberá cerrar a las 21,30 horas, las tiendas seguirán con aforos reducidos al 50 por ciento, la vigilancia en centros comerciales se reforzará y están prohibidos los usos comunes.
Feijóo ha indicado que, «de no hacer nada», el pico de la tercera ola se produciría a finales de febrero pero que, con estas medidas, se espera poder adelantarla a finales de enero o principios del próximo mes. Las medidas durarán, al menos, hasta mediados de febrero, ha confirmado el mandatario autonómico, quien también ha apuntado que con ellas se pretende minimizar la presión hospitalaria y los ingresos en UCI.