Las marcas, al igual que los lemas y nombres comerciales, son signos distintivos que una compañía emplea para ser reconocida por sus clientes. Además, son un activo que las empresas necesitan proteger, ya que son fundamentales para distinguirse y poder potenciar una operación comercial.
En este sentido, las marcas permiten (i) que el consumidor pueda diferenciar productos y servicios de una empresa / persona frente a las del resto de competidores; (ii) identificar el origen empresarial de un producto o servicio; (iii) identificar la calidad y uniformidad de un producto o servicio; (iv) promocionar la venta de productos o servicios determinados.
En Colombia, las marcas se protegen a través del registro de marca que se efectúa ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC). Según los especialistas del despacho de abogados Gómez-Pinzón, es ideal iniciar el trámite de inscripción antes que las actividades de comercialización, ya que el proceso de registro tarda entre 6 y 8 meses.
Cómo realizar un registro de marca
Antes de presentar la solicitud de registro de una marca es recomendable realizar, con profesionales especialistas en propiedad intelectual, una búsqueda de antecedentes marcarios con el objetivo de (i) determinar las probabilidades de éxito a la hora de presentar la solicitud de registro de una marca para identificar productos o servicios específicos (ii) ahorrar tiempo y dinero antes de presentar la solicitud de registro.
Dentro de la búsqueda de antecedentes marcarios se identificarán si existen obstáculos para el registro de la marca, como podrían ser, entre otros, la existencia de marcas registradas, o en proceso de registro, que (i) sean idénticas o similarmente confundibles con la marca pretendida y; (ii) identifiquen productos o servicios similares a los que se aspira identificar con la marca bajo estudio.
Así pues, si los resultados de la búsqueda de antecedentes marcarios determinan que el registro de una marca es viable, es conveniente proceder con la solicitud de registro de marca.
Una vez presentada la solicitud de registro de la marca ante la SIC, esta debe enfrentarse a diferentes etapas: (i) estudio de forma; (ii) publicación de la marca; (iii) oposiciones de terceros (iv) examen de fondo o de registrabilidad (v) concesión o negación de la marca.
Dentro de estas etapas, la solicitud marcaria puede verse enfrentada a requerimientos de la autoridad, escritos de terceros o resoluciones que pueden afectar negativamente el proceso de registro de la marca. Por este motivo, siempre es conveniente enfrentar esta tarea con el respaldo de profesionales especialistas en esta materia como los que trabajan en Gómez-Pinzón e implementar herramientas suficientes para lograr el registro de la marca.
¿Qué sucede tras el registro de marca?
Una vez otorgado el registro de la marca, el titular de esta cuenta con derechos exclusivos de uso, goce y disposición de la marca. Esto quiere decir que únicamente el titular de la marca registrada podrá hacer uso de la misma y podrá impedir que otros empleen la marca sin su consentimiento, a menos de que (i) autorice a terceros su uso mediante una licencia; o (i) transfiera parcial o totalmente el registro de la marca.
Al respecto aclaramos que es fundamental realizar una vigilancia rigurosa de la marca con el objetivo evitar riesgos que afecten la posición de la marca en el mercado. Un ejemplo de los riesgos a los que se enfrenta la marca no vigilada es que terceros usen o soliciten registros de marcas idénticas o similarmente confundibles (afectando su reputación); otro ejemplo es que terceros soliciten la cancelación de la marca.
Igualmente, es fundamental realizar vigilancia de la marca para evitar su caducidad. La protección inicial de la marca es por 10 años, culminado este periodo debe realizarse una renovación que se otorga por periodos de 10 años. La renovación de la marca puede solicitarse de manera indefinida, siempre y cuando se pague la tasa correspondiente.
En conclusión, las marcas, como uno de los activos intangibles más importantes en el desarrollo de un negocio, requieren de un proceso de registro, vigilancia y protección, que necesitan del apoyo de profesionales especializados que garanticen un acompañamiento integral y capacitado como el que ofrece el despacho de abogados Gómez-Pinzón.