Francisco Rivera Ordóñez acapara todos los titulares de la prensa del corazón por protagonizar la portada de la revista ¡Hola!, en la que ha concedido una entrevista dando por zanjada su relación con la familia Pantoja para siempre. Posiblemente sea el conflicto familiar más mediático de toda España, y todo viene de hace más de 30 años cuando en 1984, el torero Paquirri perdió la vida en la plaza de toros por una cornada mortal.
Paquirri dejó una huella de dolor en las dos familias que tenía. Por un lado estaba Carmina Ordóñez, su primera mujer y con la que tuvo a Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez. Y por otro lado estaba Isabel Pantoja, su mujer hasta el día de su muerte, y a su tercer hijo Kiko Rivera Pantoja.
Paquirri dejó mucho dinero. En el especial Lazos de Sangre, hablan concretamente de una herencia superior a los 6 millones de euros que fue muy difícil de repartir porque tuvo muchas partes implicadas. Un 45% fue para Isabel, un 40% para Fran y Cayetano, y un 15% para su padre y hermanos. Este reparto supuso un enfrentamiento entre los Rivera Ordóñez e Isabel Pantoja.
En su parte de la herencia, Pantoja se quedó con la famosa finca de Cantora y se mudó allí cuando el testamento aún no había entrado en vigor. Carmina Ordoñez emprendió entonces un litigio legal contra ella, para que las pertenencias de su marido fueran a manos de sus hijos.
El juzgado le dio la razón a Carmina Ordóñez antes de fallecer, pero a día de hoy Isabel Pantoja todavía no ha cumplido esa sentencia y se ha excusado diciendo que hubo un robo en Cantora.
Lo que piden los hijos son una serie de enseres personales que pertenecían a Paquirri. Capotes, espadas, muletas, trajes… bienes de apenas valor material pero sí de mucho valor sentimental. Tanto los hermanos Rivera Ordóñez cómo su madre Carmina llevan prácticamente toda la vida pidiendo esas pertenencias de las que no se sabe mucho a día de hoy.
A pesar de los desencuentros entre dos madres que miraban por el bien de sus hijos, los hermanos siempre han mantenido una buena relación y un contacto estrecho. Pero Francisco, el mayor de ellos, ha roto su silencio sobre este tema para dar por finalizada su relación con todo lo que tenga que ver con los Pantoja: “Todos tenemos un límite de perdones y el mío ha llegado”.