Un equipo de 127 investigadores de diversos países ha encontrado concentraciones en niveles potencialmente tóxicos de productos farmacéuticos en ríos de todos los continentes el mundo, lo que supone una amenaza para la salud humana y ambiental.
El trabajo, publicado este lunes en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, analiza 258 ríos de todo el mundo, incluidos el Támesis (Reino Unido), el Mississippi (Estados Unidos), el Mekong (China) y el Amazonas (Brasil), para medir la presencia de 61 principios activos farmacéuticos, como la carbamazepina, la metformina y la cafeína.
Los autores recogieron muestras de 1.052 ubicaciones repartidas por 104 países, que representan a todos los continentes. En 36 de esas naciones no se había analizado anteriormente la contaminación farmacéutica en ríos. Los lugares examinados influyen ambientalmente en 471,4 millones de personas.
Obtuvieron muestras de agua de sitios que abarcan desde una aldea yanomami en Venezuela, donde no se usan medicamentos modernos, hasta algunas de las ciudades más pobladas del planeta, como Delhi, Londres, Nueva York, Lagos, Las Vegas y Guangzhou.
También se incluyeron zonas de inestabilidad política como Bagdad, Cisjordania y Yaundé (Camerún). Los climas donde se obtuvieron las muestras variaron desde la tundra alpina de gran altitud en Colorado y las regiones polares de la Antártida hasta los desiertos tunecinos.
El estudio, liderado por la Universidad de York (Reino Unido), es el primero a escala mundial sobre la contaminación de productos farmacéuticos en el medio ambiente.
RESULTADOS
Los investigadores afirman que los productos farmacéuticos contaminan el agua en todos los continentes, hay fuertes correlaciones entre el estatus socioeconómico de un país y la mayor contaminación farmacéutica en sus ríos (con las naciones de ingresos medios y bajos entre las más contaminadas), y que existen altos niveles de contaminación con poblaciones más envejecidas y mayores tasas de desempleo y pobreza.
Los países y regiones más contaminados del mundo son los que menos se habían investigado (en África subsahariana, América del Sur y partes del sur de Asia) y las actividades más asociadas con los niveles más altos de contaminación farmacéutica incluyeron el vertido de basura a lo largo de las orillas de los ríos, infraestructura inadecuada de aguas residuales y fabricación farmacéutica, y el vertido del contenido de tanques sépticos residuales en los ríos.
El estudio revela que un 25,7% de los sitios analizados contenían contaminantes (como sulfametoxazol, propranolol, ciprofloxacina y loratadina) en concentraciones potencialmente dañinas.
«Sabemos desde hace más de dos décadas que los productos farmacéuticos se abren camino en el medio ambiente acuático, donde pueden afectar la biología de los organismos vivos. Pero uno de los mayores problemas a los que nos hemos enfrentado al abordar este problema es que no hemos sido muy representativos al analizar estos contaminantes, con casi todos los datos centrados en unas pocas áreas seleccionadas en América del Norte, Europa Occidental y China”, indica John Wilkinson, del Departamento de Medio Ambiente y Geografía de la Universidad de York.