El piloto británico Lewis Hamilton (Mercedes) ha conquistado la victoria en un esperpéntico Gran Premio de Arabia Saudí, penúltima cita del Mundial de Fórmula 1, en el que ha protagonizado una encarnizada batalla con el neerlandés Max Verstappen (Red Bull), mientras que los españoles Carlos Sainz (Ferrari) y Fernando Alonso (Alpine) han terminado octavo y décimo tercero.
La guerra entre el heptacampeón del mundo y el holandés vivió este domingo uno de sus capítulos más calientes en Yeda, donde se intercambiaron adelantamientos y toques en un ambiente de alta tensión en la pista y los garajes, donde Red Bull y la FIA llegaron a negociar de manera sorprendente una sanción a Verstappen.
La cuestionable actitud de ‘Mad Max’, primero frenando ante el inglés cuando le intentaba superar y después al dejarle pasar -obligado por la FIA- de una manera en la que ha vuelto a adelantarle en la frenada, hizo temer lo peor en el trazado saudí.
Finalmente, Hamilton se puso al frente a falta de seis vueltas para el final para conquistar su octava victoria de la temporada, que deja un panorama sorprendente para la última cita del campeonato la próxima semana en Abu Dabi: los dos aspirantes al título llegarán empatados a 369,5 puntos.
En el sinuoso trazado de Yeda, la limpia salida no hacía intuir el tsunami de acontecimientos que se avecinaba. Todo se precipitó primero con un accidente del alemán Mick Schumacher (Haas) que provocó la primera bandera amarilla, con Hamilton entrando a boxes y Verstappen jugándosela a no parar.
Una bandera roja, para retirar el monoplaza de Schumacher, se alió con el holandés, que pudo cambiar gomas sin perder puestos y desató la ira del británico. No era más que el preludio de la lucha que protagonizarían muchas vueltas después.
Habría salida en parado, con Verstappen partiendo por delante de su rival en el Mundial. En ella, el heptacampeón del mundo consiguió superar al líder, que realizó una discutible maniobra saltándose una curva para volver a ganarle la posición y facilitar que también le superase el francés Esteban Ocon (Alpine). Un brutal accidente entre Mazepin, Russell y Sergio Pérez volvió a hacer ondear la bandera roja.
Los coches regresaron a boxes, y, en una negociación sin precedentes, la FIA ofreció a Red Bull que Verstappen saliese tercero, por detrás de Ocon y Hamilton, para evitar que el incidente tuviese que ser juzgado por los comisarios, en medio del desconcierto general.
El equipo de la marca energética aceptó la oferta y el holandés se puso al frente en la relanzada de la vuelta 17; Hamilton logró superar a Ocon en la recta para iniciar una persecución histórica. Los choques de Tsunoda contra el muro y de Vettel y Raikkonen entre sí hicieron actuar al ‘virtual safety car’, que todavía tuvo que actuar dos veces más para retirar restos de la pista.
Con la bandera verde, en la vuelta 37, Hamilton se lanzó a por Verstappen, que se saltó la curva 1 para evitar ser adelantado. «Este tipo está loco», exclamó Hamilton. El holandés debía dejarse pasar, pero frenó cuando su adversario estaba a punto de hacerlo y provocó que se estrellase con la parte trasera de su coche y rompiese su alerón. La FIA le impuso cinco segundos de sanción.
El bochornoso espectáculo continuó cuando Hamilton, que resistió a pesar de los daños, ganó al fin la posición, tal y como obligaba la Dirección de Carrera, pero Verstappen apenas le dio unos metros para volver a adelantarle. Fue en la vuelta 44 -de 50- cuando el vigente campeón consiguió ponerse definitivamente líder de la carrera.
De esta manera, se llevó el triunfo por delante del holandés, que abandonó de manera antideportiva la ceremonia del podio, y del finlandés Valtteri Bottas (Mercedes), que apeó en los metros finales al francés Esteban Ocon (Alpine) del tercer puesto.