El biógrafo Ian Gibson, quien publica sus memorias ‘Un carmen en Granada’ (Tusquets), ha criticado al líder de Vox, Santiago Abascal, por hablar de una España «que se puede convertir en estercolero multicultural» y le recomienda «hacerse un test de saliva, porque su aspecto es moruno».
«No le conozco en persona y me encantaría dialogar con él. ¿Cómo se puede decir eso del estercolero multicultural? Yo le sugeriría hacerse el test, porque su aspecto es muy moruno, lo cual me parece genial: si es que el español tiene todo esto de la multiculturalidad dentro», ha señalado en un encuentro con medios.
De hecho, Gibson –quien no se considera hispanista porque ya cuenta con la doble nacionalidad– opina que «aún queda mucho por hacer» en relación a los estudios sobre España. «Es el país de Occidente más complejo porque hay muchos problemas de identidad», ha añadido el autor hispano-irlandés.
«Creo que hay una negación al respecto de herencias como la judía o la musulmana. Es una locura no aceptar que en España hay mestizaje y sangre de genes. ¿Dónde está el problema, si somos todos hijos del mismo Dios?», ha cuestionado con humor.
En ‘Un carmen en Granada’ Gibson hace un repaso desde los años de aprendizaje y formación en su Dublín natal a su llegada a España y la influencia que tuvo en su día su conexión con la obra de García Lorca. Uno de los episodios más ‘oscuros’ de este libro es un intento de agresión sexual que vivió el propio autor cuando apenas tenía 10 años.
«Fue un día que iba mirando los carteles del cine para elegir película y apareció un señor con la clásica gabardina de Dublín, preguntándome si quería ir al cine con él. No tuve la valentía de decir que no, y a los dos minutos de la película empezó a subir la mano y yo empujé varias veces hacia abajo. Finalmente me fui y me dio una moneda, que tiré nada más salir del sitio de la vergüenza que tenía», ha relatado.
En otro pasaje de las memorias, Gibson cuenta la «grave tensión» surgida con la familia de Lorca a raíz del libro en el que hablaba de la homosexualidad del autor de ‘Bodas de sangre’ y una posterior entrevista con Dalí. «Nunca se superó eso y los restos de Lorca también han sido causa de fricción», ha añadido.
AMENAZA DE DEMANDA
El biógrafo ha recordado la entrevista con Dalí que provocó la llamada de Isabel García Lorca asegurando que iba a demandarle. «Le dije: ‘no lo hagas, estamos en otra época y si Dalí viene a declarar a los tribunales va a suponer una publicidad gigantesca para todo esto'», ha explicado.
«Me habían ofrecido hablar con Dalí un día en que tuve que viajar de Madrid a Figueres sin pensármelo. Cuando llegué, me encontré a un Dalí sentado en un trono, con una barretina todo de blanco y entubado y tembloroso. Fue una entrevista tremenda, porque apenas se le entendía y mezclaba francés y catalán», ha apuntado.
Gibson ha reiterado que el pintor catalán quería «aclarar su versión» respecto a su relación con García Lorca, una vez se publicó la primera parte del libro del hispanista. «Me dijo cosas fuertes, que Lorca estaba enamorado de él y que quería acostarse con él: tenía que sacar esa entrevista», ha concluido.