Identifican un transmisor del estrés que despierta al cerebro más de 100 veces por noche

Redacción

El neurotransmisor noradrenalina hace que el cerebro se despierte más de 100 veces por noche, según una nueva investigación de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), que apunta que esto «es perfectamente normal e incluso puede indicar que se ha dormido bien».

«La mayoría de la gente cree que una buena noche de sueño debe ser ininterrumpida. Puede que pienses que el sueño es un estado constante en el que estás y luego te despiertas. Pero el sueño es mucho más de lo que parece. Hemos aprendido que la noradrenalina hace que te despiertes más de 100 veces por noche. Y eso durante un sueño perfectamente normal», explica Celia Kjaerby, una de las primeras autoras del estudio, que se ha publicado en la revista científica ‘Nature Neuroscience’.

Aunque técnicamente la noradrenalina hace que el cerebro se despierte más de 100 veces por noche, no pensamos en ello como un despertar. «Neurológicamente, sí te despiertas, porque tu actividad cerebral durante estos brevísimos momentos es la misma que cuando estás despierto. Pero el momento es tan breve que el durmiente no se da cuenta», detalla Mie Andersen, segunda primera autora del estudio.

Aunque los investigadores han estudiado ratones, sus hallazgos pueden trasladarse con toda probabilidad a los humanos, porque se han centrado en mecanismos biológicos básicos, es decir, mecanismos que comparten todos los mamíferos.

El profesor Maiken Nedergaard, que ha dirigido el estudio, considera que el nuevo hallazgo es una pieza importante del rompecabezas para entender lo que ocurre en el cerebro cuando dormimos.

«Hemos encontrado la esencia de la parte del sueño que nos hace despertarnos descansados y que nos permite recordar lo que hemos aprendido el día anterior. Hemos descubierto que la parte refrescante del sueño está impulsada por ondas de noradrenalina. Los despertares muy cortos son creados por ondas de norepinefrina, que también son tan importantes para la memoria. Se podría decir que los breves despertares resetean el cerebro para que esté preparado para almacenar la memoria cuando se vuelva a dormir», esgrime el investigador.

Investigaciones anteriores han sugerido que la noradrenalina, asociada al estrés, está inactiva durante el sueño. Por ello, los investigadores se sorprendieron al comprobar lo activa que es realmente la noradrenalina durante el sueño.

Este nuevo estudio demuestra que, cuando dormimos, el nivel de noradrenalina en el cuerpo aumenta y disminuye constantemente siguiendo un patrón ondulatorio. Los niveles altos de noradrenalina significan que el cerebro está brevemente despierto, mientras que los niveles bajos de noradrenalina significan que está dormido. Es decir, los niveles de noradrenalina y el grado de «despertar» están conectados y cambian constantemente.

«De un ‘tope’ a otro pasan aproximadamente 30 segundos, lo que significa que tus niveles de noradrenalina cambian constantemente. Al mismo tiempo, pudimos constatar que cuanto más profundo es el ‘valle’, es decir, cuanto mejor se duerme, más alto es el siguiente ‘top’ y mayor es el grado de despertar», afirma Mie Andersen.

«Esto demuestra que quizá no haya que preocuparse si uno se despierta por la noche. Por supuesto, no es bueno estar sin dormir durante períodos prolongados, pero nuestro estudio sugiere que los despertares de corta duración son una parte natural de las fases del sueño relacionadas con la memoria. Incluso puede significar que se ha dormido muy bien», añade Kjaerby.

Es bien sabido que el sueño es bueno para nosotros, en varios sentidos. Elimina los productos de desecho, previene el Alzheimer y mejora nuestra memoria.

Este último aspecto también fue objeto de este estudio, y los resultados sugieren que los ratones con mayor número de valles profundos de noradrenalina eran también los que tenían mejor memoria.

«Los ratones desarrollaron una ‘supermemoria’. Tenían menos problemas para recordar cosas que habían aprendido el día anterior. Por supuesto, esto sugiere que la dinámica de la noradrenalina refuerza los procesos del sueño que afectan a nuestra memoria», dice Kjaerby.

En primer lugar, se permitió a los ratones olfatear dos objetos idénticos. A continuación se les puso a dormir y, una vez despiertos, se les devolvió a los objetos. Sin embargo, uno de los dos objetos había sido sustituido por uno nuevo. Los ratones que habían sufrido el mayor número de valles de noradrenalina estaban más inclinados a estudiar el nuevo objeto, lo que sugiere que recordaban haber visto un objeto diferente la última vez.

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