La Policía Metropolitana de Londres ha anunciado este martes que ha abierto una investigación sobre las polémicas fiestas que se han celebrado en Downing Street durante la pandemia, una cuestión que ha provocado tensiones en el seno de los ‘tories’ y que podría costarle al primer ministro, Boris Johnson, su cargo al frente del Ejecutivo.
La comisionada Cressida Dick ha señalado que las fuerzas de seguridad analizarán «posibles violaciones de las regulaciones impuestas con motivo del coronavirus» en el seno del Gobierno durante los últimos tres años.
Así, ha indicado que la Policía trabajará «sin miedo ni favores» e irá informando a la población a medida que se den «pasos sustanciales» en el marco de la investigación, según informaciones de la cadena de televisión BBC.
«El hecho de que estemos investigando no significa que se vaya a penalizar a todas las personas investigadas», ha subrayado no obstante a agente de Policía.
La medida ha sido tomada a raíz de nuevas acusaciones sobre una supuesta fiesta de cumpleaños el pasado 19 de junio de 2020, en pleno confinamiento, para celebrar que Johnson cumplía 56 años.
El cerco sobre el primer ministro se estrecha cada vez más. Acorralado por las críticas, vertidas incluso desde las filas del Partido Conservador, puede enfrentarse a un abanico de escenarios que van desde la moción de censura hasta la dimisión.
Las reglas de los ‘tories’ estipulan que puede activarse la moción si el 15 por ciento de los parlamentarios ‘tories’ así lo quieren. El número crucial ahora es 54, puesto que actualmente hay 360 diputados conservadores, después de que la formación retirara a la parlamentaria Anne Marie Morris por votar contra el Gobierno.
Si se acuerda una moción de censura, Johnson tendría que obtener el apoyo de al menos la mitad de sus diputados, 180, para permanecer al frente del Ejecutivo. En este caso, el ‘premier’ no podría volver a someterse a este mecanismo en un año.