Claudia, Paloma y Jennifer no lo han tenido fácil. Estas tres jóvenes tienen una discapacidad pero, a pesar de ello, han luchado por alcanzar sus sueños y hoy en día estudian para integrarse en el mundo laboral o ya cuentan con un empleo que les garantiza su independencia. Ante este 8 de marzo, Día de la Mujer, abogan por la importancia de la igualdad y la inclusión aunque, como matizan a Europa Press, «con un mensaje real».
Claudia Bedoya tiene 20 años. Estudia primero de Bioquímicas en la Universidad Autónoma de Madrid, tras hacer un curso de ‘Por Talento Digital’ de Fundación ONCE ya que siempre quiso «hacer una carrera y llegar a ser científica».
Cuenta con un grupo de amigos donde existe «una gran diversidad», además de contar con el apoyo de su familia, pero lamenta que «aún quedan progresos en igualdad». «Además de ser mujer tengo una discapacidad visual y soy albina. Tengo la suerte de haber nacido en el siglo XXI pero el tema de la inclusión se sigue sin pulir y sigo teniendo problemas pero ahí sigo», destaca.
Sobre su percepción del 8 de marzo, asegura que es una fecha que no le transmite «nada porque está como mal visto». «Se piden cosas con las que no estoy de acuerdo. Soy feminista y apoyo la igualdad pero se piden cosas muy extremas. Apoyo el feminismo pero no lo que se pide, no comparto reivindicaciones como la de tener más poder que los hombres, eso no me gusta», reconoce.
Por ello, de cara al futuro, le gustaría que «todas las mujeres fueran igual que los hombres» y que «una mujer de éxito valga lo mismo que un hombre». «No comparto lo que se transmite cuando se dan charlas motivacionales sobre alcanzar el éxito: parece que una mujer es exitosa por ser bonita pero no por su trabajo. Tampoco comparto las manifestaciones», afirma.
A su juicio, se debería «apoyar realmente la igualdad y la inclusión a través de los actos». «Y los actos se demuestran con acciones y las acciones se demuestran cada día. No se trata sólo dar una charla: es verlo con acciones y hacer que el mensaje sea realidad», concluye.
Con un empleo cuenta ya Paloma Royuela, de 23 años, alumna del Centro de Formación para el Empleo de Fundación Juan XXIII y actualmente auxiliar de pasaportes en el aeropuerto de Madrid. Para ella, ser mujer y tener una discapacidad, «no supone mucha diferencia». «En el trabajo estoy contenta, hay gente con discapacidad y sin discapacidad, y me tratan como una más», asegura, al tiempo que rememora que sus padres la han educado en igualdad.
«Que cada una de nosotras tenemos derechos y esos derechos nadie nos los puede quitar. Como ahora las mujeres trabajan más, creo que en las casas se tendrían que repartir más las tareas», defiende Paloma.
Además, ve con buenos ojos que se celebre el 8M con el fin de que las mujeres se apoyen «mutuamente». «Considero que entre las mujeres nos tenemos que apoyar más», pide. También considera que se deberían dar «charlas en los colegios para explicar qué es el Día de la Mujer, para que los niños y niñas sepan que ese día es importante y fomentar la igualdad».
Otra joven empleada es Jennifer Brigitte Silva, que trabaja de operaria de la UDC de Villaverde (Madrid) de la Fundación Juan XXIII. Para ella, «ser mujer y tener discapacidad no ha supuesto algo negativo». «La gente así puede ver que una mujer con discapacidad es igual de capaz que el resto de mujeres y personas», asegura.
Por ello, argumenta que el Día de la Mujer es «muy emocionante» porque se «reconoce el valor» de las mujeres. «Y nos sentimos orgullosas de todo lo que hacemos y conseguimos», apostilla. Además, aunque está de acuerdo con el 8M, asegura que en un futuro le «gustaría que llegara el día en el que no se tuviera que celebrar porque exista igualdad real entre hombres y mujeres».
En este sentido, defiende que «todas las niñas y jóvenes puedan estudiar, y tener un buen futuro». «Las mujeres somos fuertes y luchadoras y podemos con todo, aunque tengamos discapacidad y la vida y las personas nos lo pongan difícil, conseguimos lo que nos proponemos», zanja.
Precisamente, por el Día Internacional de la Mujer, Plena Inclusión Madrid pone en marcha a lo largo de esta semana una campaña bajo los hashtags #YoTambién y #NosotrasTambién, que pone el foco en la necesidad de un trato igualitario hacia las mujeres con discapacidad intelectual y su derecho a las mismas oportunidades que el resto de la sociedad.
La vicepresidenta de Familias de Plena Inclusión Madrid, Mar Torres, ha llamado a «dejar de normalizar situaciones en las que se vulneran los derechos de las mujeres con discapacidad intelectual», y ha lamentado que estas mujeres sean «más proclives a situaciones de desempleo o desigualdad».
«Las mujeres con discapacidad intelectual o del desarrollo se enfrentan a una discriminación múltiple e interseccional por ser mujeres, por tener discapacidad y por ser esta intelectual, lo que se traduce en tener que luchar contra muchas barreras en su día a día», ha denunciado.