El escritor francés Franck Bouysse ha presentado en Barcelona este martes, en el marco del festival BCNegra, las traducciones de dos de sus novelas negras, ‘Nacido de ninguna mujer’ (Anagrama en castellano y Persicopi en catalán) y ‘El diablo no vive en el infierno’ (Alrevés en castellano y la colección Crims.cat en catalán): «Mis libros los llevo dentro, no los fabrico».
Bouysee ha explicado que él escribe sobre cosas «muy ancladas» en su interior, sobre obsesiones y emociones vividas, y sostiene que estas obsesiones proceden de la infancia para cualquier artista.
Con todo, asegura que no escribe para «hacer terapia», sino que más bien se deja atravesar por una emoción o un recuerdo de la infancia, puesto que considera, como Fiódor Dostoyevski, que la imaginación es el arte de reconstruir la memoria.
«Yo de pequeño no entendía lo que pasaba a mi alrededor, pero era como una esponja. Han hecho falta unas décadas para que todo lo que viví se trabajara mediante la memoria y se plasmara en mis libros», ha explicado.
Jules Verne, Arthur Conan Doyle y Robert Luis Stevenson son algunos de los escritores que más leyó cuando era niño, y cree que su lectura lo impulsó a buscar siempre la sorpresa en la lectura: «Esto de pensar ‘¿qué vendrá ahora?’ es para mí la semilla de la literatura».
Así, como escritor se propone conciliar el poso de estas novelas con su estilo, «un poco triste y un poco duro», muy trabajado después de décadas de lectura, que considera que es el primer deber de cualquier escritor.
‘EL DIABLO NO VIVE EN EL INFIERNO’
‘El diablo no vive en el infierno’ es un ‘noir’ rural ambientado en un idílico paisaje de las Cevenas, donde viven Gus, un campesino de mediana edad que pasa los días aislado, y Abel, un vecino con quien mantiene una buena amistad.
Bouysse ha explicado que le gusta hablar del mundo rural y de las personas calladas –«callado no quiere decir que no hablen, sino que no dicen», aclara–, y ha dicho que la novela es de algún modo un homenaje a la tierra.
Para él, lo humano, lo vegetal, lo mineral y lo animal están en un mismo nivel, y considera que lo siente así porque siempre ha tenido una relación «muy íntima» con la naturaleza.
‘NACIDO DE NINGUNA MUJER’
De ‘Nacido de ninguna mujer’, ha dicho que no podría existir sin ‘El diablo no vive en el infierno’, puesto que ambas novelas proceden de una misma estructura.
La novela también se ambienta en la Francia rural, aunque en este caso de finales del siglo XIX, y sigue la historia de Rose, la hija de una familia de agricultores que ha sido vendida por su padre a un hombre de clase acomodada.
La historia es una exploración sobre el abuso de poder y la fortaleza humana en la que la joven, sometida a todo tipo de maltratos, se acaba convirtiendo en una pieza clave de un plan macabro.