El nuevo precio de la bombona de butano que entrará en vigor mañana martes será de 14,64 euros, impuestos incluidos, lo que supone un ascenso de 0,66 euros por bombona frente al precio en vigor previo o del 4,87%.
Según informaron a Servimedia fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el encarecimiento tiene lugar pese a que la materia prima experimentó un descenso del 6,7%, y se explica por el efecto del déficit pendiente de compensar procedentes de bimestres anteriores.
Su alza se suma además a las registradas en los meses de marzo, enero y noviembre, las dos últimas revisiones, que llegaron tras dos revisiones a la baja en julio y septiembre, que se produjeron después de que se suspendieran las de marzo y mayo al resultar en subidas del precio, en virtud de la decisión del Gobierno de no aplicar dichos incrementos para mitigar el impacto económico del coronavirus en las familias.
El nuevo precio estará vigente durante dos meses, hasta el tercer martes de julio, cuando se revisará de nuevo según las cotizaciones internacionales.
Esta revisión bimensual del precio se calcula en función del coste de la materia prima (propano y butano) en los mercados internacionales, así como del coste de los fletes (transporte) y la evolución del tipo de cambio euro-dólar. Por otra parte, dicha revisión del precio, al alza o a la baja, está limitada al 5%, acumulándose el exceso o defecto de precio para su aplicación en posteriores revisiones.
Con la actual fórmula de fijación del precio de la bombona, y pese a las últimas subidas, acumula un descenso del 16,34% desde marzo de 2015, cuando se alcanzó el máximo de 17,5 euros. El mínimo se produjo en julio de 2016, cuando bajó hasta los 11,27 euros.
El precio regulado afecta a las bombonas de butano que más comúnmente utilizan los hogares, envases con carga igual o superior a ocho kilos e inferior a 20, cuya tara sea superior a nueve kilos. Se trata de una mezcla de hidrocarburos, principalmente compuesta de butano, que sirve como alternativa al gas natural para su consumo energético en envases a presión, especialmente en poblaciones o núcleos urbanos sin conexión a la red de gas natural.
Actualmente, se consumen 68 millones de envases de GLP de distintas capacidades, de los cuales 53 millones se encuentran sujetos al precio máximo regulado (el 78%). Se trata de un combustible en retroceso ya que desde 2009 el consumo total de estas bombonas ha descendido más de un 20%.