La comunidad judía española se suma al resto del mundo judío en la celebración de la festividad de Purim a partir de la tarde del próximo sábado hasta la puesta del sol del domingo 24 de marzo.
Purim es una fiesta alegre porque recuerda la salvación del pueblo judío del genocidio planificado por el ministro Hamán, en tiempos del Imperio Persa gobernado por el rey Asuero (aprox. Año 450 antes de nuestra era).
La intercesión de la reina Ester y su tío Mordejay impidieron el desastre y provocaron la caída del villano Hamán. La hazaña se relata en el ‘Libro de Ester’, que se lee en voz alta durante esta festividad. Cada vez que se pronuncia el nombre de Hamán, los niños hacen sonar unas carracas.
Aunque Purim es una fiesta alegre, la víspera muchos judíos la dedican al ayuno y la oración, en recuerdo de los antepasados persas que ayunaron ante el inminente conflicto que podía haberlos llevado al exterminio.
Tras el ayuno, se acostumbra a celebrar una gran comida en la que se bebe vino y se recitan cánticos. También se envía regalos a los amigos, se da limosna a los pobres y se disfraza a los niños. Igual que Janucá, Purim tiene un carácter más social que religioso.