La Oficina Europea de Patentes (OEP) ha anunciado que la científica española Elena García Armada ha sido nominada como finalista al Premio Inventor Europeo 2022 por configurar el primer exoesqueleto robótico adaptable para niños.
Según ha señalado la OEP en un comunicado, esta idea surgió después de que esta ingeniera, que hasta 2009 estuvo centrada en la investigación de exoesqueletos para los trabajadores de la industria pesada, conociese a una niña que había quedado paralizada al sufrir un accidente de tráfico.
Fue entonces cuando esta profesora, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) comenzó a desarrollar el primer exoesqueleto ajustable del mundo para niños, con el que busca mejorar la experiencia de vida y el bienestar mental de millones de pacientes jóvenes.
«García ha desarrollado un exoesqueleto único para niños y ha resuelto un problema en el sector de dispositivos médicos», ha comentado el presidente de EPO, António Campinos, quien ha afirmado que este invento «también ofrece una nueva esperanza a las familias y cuidadores que han estado esperando un dispositivo de este tipo durante muchos años».
Esta estructura permite caminar a los niños que usan sillas de ruedas durante las sesiones de rehabilitación y reduce la degradación muscular y las complicaciones médicas.
Esto se debe a que los usuarios más jóvenes de sillas de ruedas tienen un mayor riesgo de degradación muscular a temprana edad, así como deformidades de la columna vertebral, lo que en última instancia afecta órganos como los pulmones y el corazón. Como resultado, se reduce su vida útil.
Para resolver este problema, la investigadora se propuso desarrollar exoesqueletos pediátricos y trabajar en un traje ajustable de titanio conectado a una batería y a una red de pequeños motores con sensores, ‘software’ y maquinaria.
Estos componentes funcionan como articulaciones mecánicas que se ajustan al cuerpo y magnifican los movimientos suaves al mismo tiempo que se adaptan al movimiento de cada niño, conforme avanza su rehabilitación.
Esto permite que los menores de entre 3 y 10 años reciban un tratamiento personalizado al colocarse la estructura, en apenas unos minutos, lo que les permite caminar durante las sesiones de rehabiltiación muscular.
Para poder llevar a cabo este proyecto, la investigadora fundó Marsi Bionics y comenzó a industrializar prototipos, siguiendo la Directiva Internacional de Dispositivos Médicos.
En 2013 solicitó su primera patente para actuadores elásticos, articulaciones con firmeza ajustable que responden al movimiento muscular sutil. Un año después, solicitó una segunda patente para un exoesqueleto que se pudiese adaptar a diferentes condiciones médicas y propiedades físicas del cuerpo.
Finalmente, García decidió mejorar el acceso a su esqueleto licenciando su invento a un fabricante, aunque durante este proceso se dio cuenta de que era más rápido comercializar el exoesqueleto ella misma.
«Para cuando industrializamos y probamos clínicamente la invención, ya no necesitábamos licenciarla. Podríamos venderlo nosotros mismos», ha comentado García, que ha recordado que las patentes «resultaron vitales» para aumentar la inversión.
Conviene recordar que los ganadores del Premio al Inventor Europeo, que reconoce las invenciones basadas en avances en la ciencia de vanguardia, se anunciarán el próximo 21 de junio en una ceremonia virtual.