El irreverente Jean-Michel Basquiat falleció hace más de treinta años, pero su impacto cultural y social siguen más vivos que nunca, según reivindica su familia en una gran exposición que abrirá sus puertas en Nueva York este próximo sábado y permite asomarse a los recuerdos personales del artista.
«King Pleasure», como se titula la muestra, aprovecha los 1.400 metros cuadrados de una sala del barrio de Chelsea para hacer un recorrido por muchos aspectos inéditos de la vida y obra de este innovador, al que le bastaron 27 años -la edad que tenía cuando falleció en 1988 por una sobredosis de heroína- para convertirse en un icono pop.