A raíz del positivo de un hombre abstemio en un control rutinario de alcoholemia realizado el pasado 25 de octubre en Tapia de Casariego (Asturias), la Guardia Civil inició una investigación para determinar si el gel hidroalcohólico pudo ser determinate en el resultado.
Según las primeras investigaciones, el gel pudo influir en la prueba, que arrojó una cantidad de 0,36 miligramos de alcohol en sangre . Tal y como recoge ABC, el conductor posiblemente contaminó el test al tocar con sus manos la boquilla del alcoholímetro. «El protocolo siempre es el mismo: el agente se limpia las manos con gel hidroalcohólico y limpia el instrumento de medición con unas toallitas especiales, que carecen de alcohol», señalan los agentes. «Después, se realiza una primera prueba, que llamamos ‘de aproximación'», detallan. En caso de que fuese necesario, se haría una segunda prueba, denominada «evidencial», que es la que «imprime el ticket con el resultado final», explican los agentes.