La historia real de Leatherface, el asesino que inspiró ‘La matanza de Texas’

Javier Hidalgo

Cuando Leatherface apareció, por primera vez, en la emblemática ‘La matanza de Texas’ de 1974, dirigida por Tobe Hopper, nadie pudo imaginar cómo influiría en un subgénero del terror naciente en ese momento y que ahora es uno de los más habituales del cine y la televisión: el slasher.

Figuras como Michael Myers de ‘Halloween’, Jason de ‘Viernes 13’ o Freddy Krueger de ‘Pesadilla en Elm Street’ beben directamente del grotesco asesino del filme de Hooper.

Si bien la cinta de culto encumbró a Leatherface como uno de los personajes más reconocidos del cine de terror, no es ningún secreto que el personaje estuvo inspirado en hechos reales, concretamente por la infame figura del asesino en serie Ed Gein. Pero, mientras que en la cinta de 1974 no se abordaron cuáles eran las conexiones entre Gein y Leatherface, la secuela de Netflix sí lo ha hecho.

Gein fue famoso por exhumar cadáveres y hacer muebles con su piel y sus huesos en los años 50 en Wisconsin, algo que Tobe Hooper sí mantuvo en su película con la familia Sawyer en la primera película. Gein también asesinó a dos mujeres, crímenes por los que fue juzgado y a raíz de los fue declarado inimputable por locura e internado en el Instituto de Salud de Mendota, donde murió por causas naturales a los 77 años.

Considerado un monstruo, tuvo una relación tóxica y viciada con su madre, la cual era excesivamente dominante y que despertó un lado femenino cuya historia sirvió de inspiración para crear a Norman Bates en ‘Psicosis’ y a Buffalo Bill en ‘El silencio de los corderos’.

Aunque esta influencia materna se mencionase brevemente en la precuela ‘Leatherface’ de 2017, en la que Verna Sawyer lo sacó de un manicomio y lo convirtió en el monstruo que es, en la cinta de 1974 esto no se aborda y ha sido la cinta de Netflix la que lo ha recuperado con el personaje de Ginny McCumber, una especie de sustituta de figura materna para el asesino en serie.

UN FINAL QUE DEJA LA PUERTA ABIERTA A UNA SECUELA

En la nueva película de Netflix, secuela directa del filme de 1974, se muestra cómo el asesio está escondido en el orfanato donde la señora McCumber lo oculta. Cuando la señora, a la que se la intenta desauciar después de que un banco compre su edificio, muere de un infarto en la ambulancia que va camino al hospital, Leatherface ‘resurge’, pues la muerte de su referente materno, de quien le mantenía ‘bajo control’ hace que la locura se desate de nuevo.

Prueba de ello es que desuella el rostro del cadáver de Ginny y se pone la piel en su cara para asumir de nuevo su identidad. De esa forma, vuelve a sentirse cerca de su ‘mamá’. Cuando el asesino entró en la habitación de Virginia, se maquilló la cara y abrazó su vestido.

Un elemento que podría volver a ser explotado en la más que evidente futura secuela. Este reboot-secuela deja la puerta a una nueva parte, lo que hará que Leatherface siga causando más terror… y más víctimas.

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