La importancia de revisar el vehículo y mantener en buen estado las bujías, ante el inicio de las vacaciones

Wenceslao Pérez Gómez

Ante la llegada del periodo vacacional los expertos recuerdan la importancia de someter el vehículo a las necesarias revisiones para garantizar la seguridad y evitar situaciones imprevistas, y entre los elementos a tener cuenta destacan la relevancia de mantener en buen estado las bujías.

Todo motor de combustión interna necesita algún tipo de chispa que encienda la mezcla que alimenta al motor y las bujías son las encargadas de provocarla creando un pequeño arco voltaico entre dos electrodos que se produce cuando la corriente eléctrica pasa a través de ellos. Al ser las encargadas de dar esa chispa inicial para que el motor pueda funcionar en condiciones, las bujías son un elemento imprescindible de cualquier motor y están sometidas a un gran desgaste.

Al ser una pieza esencial para el funcionamiento del coche, su estado afectará a la conducción. La principal causa de que las bujías fallen suele ser debido a las impurezas y la suciedad que se va acumulando en ellas. La grasa, la carbonilla o el aceite se pueden ir acumulando sobre ellas dificultando su buen funcionamiento.

Cuando no están en buen estado el vehículo puede dar tirones durante la conducción, al estar parado con el motor encendido el ralentí se muestra inestable, cuesta que el motor arranque, el consumo de combustible habitual aumenta o el coche tiene menos potencia de la normal.

Las causas del deterioro de las bujías suelen estar en que la suciedad acumulada prende el combustible y esto provoca un mayor consumo y pérdida de potencia; la preignición, ya que la bujía puede calentarse tanto que prende el combustible antes de que se produzca la chispa; si los depósitos entre el electrodo central y el lateral hace que el voltaje llegue a tierra las bujías no se encenderán, o se pueden producir cortocircuitos entre el aislador y el casco

Por ello, aunque no se detecte un fallo en las bujías estas se deben cambiar regularmente para garantizar su buen funcionamiento. La frecuencia varía dependiendo del tipo de bujías y el modelo de coche. La bujías de cobre tienen una vida útil mucho más corta, entre 20.000 y 60.000 kilómetros, mientras que las de platino o iridio pueden llegar a los 160.000.

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