La querella que interpondrá Unidas Podemos contra la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, tras la retirada del escaño a Alberto Rodríguez, al entender que incurrió en prevaricación ante las «presiones» del Tribunal Supremo, y la petición de una reunión urgente por «intentos de injerencia» de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, sobre la reforma laboral ha generado un choque hasta ahora inédito en la coalición.
De hecho, varios cargos de la confluencia han manifestado su malestar por la actitud de los socialistas en los dos campos mientras que en el espacio confederal hablan de choque «serio» que enturbia la relación.
Por un lado, estos dirigentes del espacio confederal interpretan que el PSOE «no ha estado a la altura» en el desenlace del debate sobre el alcance de la inhabilitación de Rodríguez, y aluden también que se ha sucumbido a la presión de la «derecha política», como han destacado el portavoz y el presidente del grupo parlamentario, Pablo Echenique y Jaume Asens respectivamente.
Tras conocerse la determinación de Batet de retirarle el acta a este diputado, la mayoría de dirigentes de la formación morada ha centrado sus reproches en Batet, al hablar de decisión «muy grave» y sucumbir ante los oficios cursados por el presidente de la Sala Segunda del alto tribunal, Manuel Marchena, que también ha sido blanco de muchas críticas desde el espacio confederal.
«VERGÜENZA» CON LA POSTURA DE BATET Y «DECEPCIÓN» CON EL PSOE
Echenique ha tildado de «vergüenza» lo ocurrido mientras que la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ya aludía a un posible caso de «prevaricación» y ha acusado al Supremo de presionar a la presidenta de la Cámara para que procediera a quitarle el escaño, pese a que «ambos sabían» que esa inhabilitación no es lo que dice textualmente el fallo.
Un criterio en el que ha ahondado también la titular de Igualdad, Irene Montero, que aprecia en este desenlace «la reacción judicial y política más profunda». Pero otros han señalado al PSOE, como el propio Asens quien ha hablado de «decepción» o su compañero de filas, Antón Gómez-Reino, que se preguntaba si cuando se impute al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, los socialistas se darán cuenta «del riesgo del Gobierno de los jueces (de la derecha)» y del ‘lawfare’.
Ya por la noche, Unidas Podemos ha avanzado que interponía una querella por presunto delito de prevaricación de Batet por su decisión «unilateral» y en contra del criterio de los letrados de la cámara y de la Mesa del Congreso, partidarios de que Rodríguez continuara con su condición de diputado.
Sobre todo cuando el abono de la multa que sustituía la pena de 45 días de prisión que pautaba la resolución por un delito de atentado a la autoridad atribuido al exparlamentario de Podemos ya fue abonada y la sentencia alude a la inhabilitación por sufragio pasivo, es decir, el derecho a presentarse a unas elecciones.
TENSIÓN POR EL PAPEL DE CALVIÑO EN LA REFORMA LABORAL
Pero el choque comenzó ya por la mañana con la petición por parte de Belarra de solicitar al PSOE una reunión urgente de la mesa del acuerdo de coalición sin explicitar el motivo, si bien luego fuentes del espacio confederal explicaron que esa solicitud se fundamentaba ante los «intentos de injerencia» de Nadia Calviño en los trabajos y negociación para la derogación de la reforma laboral.
El detonante, según fuentes conocedoras del conflicto, radicó en una comunicación interministerial que remitió Economía sobre el marco de colaboración y trabajo sobre el nuevo marco laboral, que se prevé tener listo antes de que finalice el año. Así, en el socio minoritario han detectado una invasión de competencias que recaen en la vicepresidenta segunda y titular de Trabajo, Yolanda Díaz; en quien deben recaer el liderazgo de recopilar todas las aportaciones de los distintos departamentos.
Al respecto, varios dirigentes también ha detallado públicamente en redes sociales sus sospechas de que este movimiento persigue desplazar el papel que tiene Díaz en este punto prioritario del acuerdo de Gobierno, y temen también que el PSOE no quiera cumplirlo o no desmontar la reforma laboral de forma completa.
«La injerencia de Nadia Calviño en los trabajos que está llevando a cabo Yolanda Díaz en el diálogo social para derogar la reforma laboral del PP es un mensaje claro que nos está mandando el PSOE: quieren intentar impedir la derogación. En contra de lo que prometió el presidente», ha proclamado Echenique en Twitter.
Mientras, Vidal ha criticado también que el «PSOE amenaza con poner Calviño a liderar la reforma laboral» y sospecha que la razón de este movimiento es que «no quieren cumplir a los compromisos» pactados.
Al respecto, fuentes de la convergencia apuntan a que lo acontecido es «serio», «grave» y perjudican las relaciones con su socio, quien sin embargo ha minimizado el alcance de este choque relativo a la reforma laboral.
También otros sectores consideran que la postura del ala socialista busca una suerte de intervención de una faceta que pertenece a Unidas Podemos, además de achicar la capacidad de gestión de Díaz, cuya gestión en materia laboral le ha catapultado a ser una de las integrantes del gobierno más valorada. Además, recalcan que ya ha habido diversos roces con la vicepresidenta Económica.
PSOE RESPALDA A BATET Y DESINFLAMA EL ASUNTO DE LA REFORMA LABORAL
Por su parte, el PSOE ha respaldado a Batet ante la futura querella al defender que actuó en todo momento para dar cumplimiento de la ley.
En cuanto al conflicto apuntado por Unidas Podemos sobre la reforma laboral, Sánchez ha apoyado a la titular de Economía y ha dicho que no había intromisión en sus competencias, sino colaboración y aportaciones entre varios departamentos implicados (citando también a Educación, Inclusión y Seguridad Social y Hacienda) en una norma tan relevante, similar a los Presupuestos Generales del Estado.
«No hay intromisión, lo que hay es una colaboración, una coordinación y un aporte de los ministerios para que salga efectiva una reforma del mercado laboral», ha apuntado.
Mientras, la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, ha avanzado que la próxima semana, el lunes o el martes, se celebrará una reunión «normal, como tantas otras», de la comisión de seguimiento del pacto con Unidas Podemos, en la que se analizará la reforma laboral, y otras cuestiones.