La existencia del ‘Bigfoot’, una imponente criatura con el aspecto de un primate, ha sido por años un mito que científicos han intentado descifrar. Son múltiples las teorías y versiones al respecto e incluso, en 1967, un hombre llamado Roger Patterson habría captado al supuesto ‘monstruo’ en Bluff Creek (California, Estados Unidos).
Junto a su amigo Robert ‘Bob’ Gimlin lograron una filmación de casi 60 segundos en las que se aprecia una figura peluda que se ve caminando de lejos y luego mira a la cámara.
Para muchos el metraje del supuesto pie grande no ha sido más que un fraude. Mientras Patterson, quien murió de cáncer en 1972, sostuvo hasta sus últimos días que la criatura era real, ‘Bob’ Gimlin evitó discutir públicamente el tema desde al menos principios de la década de 1970 hasta alrededor del año 2005, cuando comenzó a dar entrevistas y a aparecer en conferencias sobre pie grande. También negó haber sido parte de un engaño.
Sin embargo, recientemente el misterio quedó resuelto gracias a la ayuda de la inteligencia artificial.
El análisis permitió concluir que la supuesta criatura de pie grande filmada el 20 de octubre de 1967 no es más que una persona con un disfraz.
Experts used AI and computer vision to stabilize viral footage of the Patterson-Gimlin Bigfoot Film from 1967. pic.twitter.com/5b8NYpBQ31
— Rowan Cheung (@rowancheung) March 30, 2023
Muchos expertos habían controvertido la versión sobre la cinta de Patterson-Gimlin, teniendo en cuenta que solo un año antes Patterson había publicado un libro llamado ‘Do abominable snowmen of America really exist?’ (‘¿Existen realmente los abominables muñecos de nieve de América?’).
Los científicos recurrieron a pruebas genéticas para ver si podían probar la existencia del ‘Bigfoot’, también conocido como ‘yeti’ o ‘sasquatch’.
Se trataba de un proyecto conjunto entre la Universidad de Oxford y el Museo de Zoología de Lausana en Suiza, anunciado en 2012, que examinaría los restos orgánicos recogidos alrededor del mundo y que algunos aseguraban le pertenecían a la criatura.
Sin embargo, dos años más tarde los resultados de la investigación, publicados por la revista especializada Proceedings de la Real Sociedad británica, dieron cuenta de que “los pelos analizados arrojaron otras curiosas procedencias: una cabra del sudeste asiático, varios osos pardos, caballos, vacas o mapaches y hasta un tapir de Malasia”, informó la BBC.
El mismo artículo señaló que “entre los supuestos mechones de pie grandes procedentes de Estados Unidos, los científicos encontraron pruebas genéticas de osos, lobos o coyotes, un puercoespín y hasta un humano, probablemente europeo, según señala su ADN”.