Normalmente, el ser humano se ha acostumbrado a ver el mundo 3D en el que vive reducido a 2D, ya sea en el arte, la fotografía o el cine. Sin embargo, al cerrar los ojos, ¿cómo se visualizan las cosas que ya se han visto? Un nuevo estudio dirigido por las universidades de Plymouth y Essex (Reino Unido) ha investigado esta cuestión y ha descubierto que muchos adultos se resisten a imaginar su propia visión como si fuera una imagen plana, sino que la ven en su forma totalmente procesada y cargada de conocimiento, es decir, en 3D.
Los resultados se obtuvieron cuando los investigadores mostraron a 58 adultos dos líneas en una pared, ambas de la misma longitud, pero una de ellas estaba más cerca del participante y, por tanto, parecía visualmente más larga.
A pesar de la instrucción de basar sus juicios en la apariencia específicamente (es decir, la línea más cercana debería ser más larga), aproximadamente la mitad de los participantes juzgaron que las líneas parecían iguales. Cuando tomaron una foto de las líneas y se les preguntó por su longitud en la imagen, sus respuestas cambiaron; ahora la línea más cercana parecía más larga. Sin embargo, cuando se les volvió a preguntar por su propia visión, volvieron a su respuesta original.
Esto sugiere que, incluso cuando los participantes son explícitamente conscientes de cómo podría ser una imagen 2D de su visión, tratan la información sensorial real de manera diferente, con una resistencia considerable a ver lo que se conoce como «representaciones proximales» de la visión, esto es, cómo aparecen las cosas antes de que el cerebro haya tenido la oportunidad de corregir aspectos como el tamaño relativo y la distancia.
«Es complejo y emocionante descubrir cómo cada uno de nosotros ve y visualiza cosas diferentes, y el hecho de que la mitad de nuestra población de estudio no pensara en 2D fue un hallazgo muy interesante», ha explicado el autor principal, el doctor Steven Samuel, profesor de psicología en la Universidad de Plymouth.
«La siguiente pregunta que hay que hacerse es ¿por qué pensaban así estas personas? ¿Es que no podían pensar en 2D o que decidieron no hacerlo? No lo sabemos con certeza, pero una de las explicaciones es que las personas se resisten al principio de que la visión puede equipararse a una imagen plana, siendo la visión ‘corregida’ el único tipo de visión que podrían concebir razonablemente», señala el autor. «Esto implica que los adultos son reacios a considerar la visión como una imagen próxima, incluso cuando el contexto es favorable a ese comportamiento. Sin embargo, no significa que sean necesariamente incapaces de hacerlo», concluye el experto.