En la NASA se sopesa recuperar un diseño de avión sin alas y sin propulsión de la década de 1960 para recopilar datos atmosféricos en otros planetas.
John Bodylski, investigador principal del Centro de Investigación de Vuelo Armstrong, plantea la hipótesis de que un diseño de avión con cuerpo elevador que la NASA probó hace décadas podría cumplir los requisitos para una sonda atmosférica que pueda recolectar mediciones de planetas gigantes, como Urano. El diseño se basa en la forma del avión para la sustentación, más que en las alas.
Bodylski presentó su idea y obtuvo un premio del Fondo de Innovación del Centro Armstrong de la NASA por escribir un artículo técnico que explica el concepto y el diseño. El premio también apoya la construcción de modelos para ayudar a conceptualizar su sonda atmosférica.
Robert «Red» Jensen y Justin Hall, dos de los diseñadores, técnicos y pilotos del laboratorio, dieron vida a los diseños de Bodylski. Jensen y Hall crearon un molde, luego lo colocaron en capas de fibra de carbono y espuma que se curó durante ocho horas al vacío. Las piezas fueron desmoldadas, refinadas y posteriormente unidas.
El primero de los dos aviones con cuerpo elevador, ambos de 70 centímetros de largo y 61 de ancho, está completo y ofrece una primera mirada al concepto. El segundo avión está casi listo e incluye superficies de control de vuelo con bisagras. Los sistemas de control de vuelo conectados a esas superficies se montarán dentro de la estructura antes del ensamblaje final del modelo.
Juntos, los dos modelos pueden probar las ideas de Bodylski y proporcionar datos de vuelo para crear mejores modelos informáticos, según un comunicado de la agencia espacial.
SE DESPRENDERÍA DE UN SATÉLITE EN ÓRBITA
En el futuro, esos modelos informáticos podrían ayudar a los investigadores a construir sondas atmosféricas basadas en esos diseños. El concepto de Bodylski requería enviar el avión a misiones acopladas a satélites. Una vez en la órbita de un planeta, el avión sonda (aproximadamente del mismo tamaño que los modelos) se separaría del satélite mediante pernos pirotécnicos y se desplegaría en la atmósfera para recopilar datos para su estudio.
Las sondas atmosféricas actuales, pequeños satélites conocidos como CubeSats, recopilan y transmiten datos durante unos 40 minutos y pueden captar aproximadamente 10 puntos de datos antes de que su satélite principal esté fuera de alcance.
El diseño de Bodylski podría descender más rápidamente y en un ángulo más pronunciado, recopilando la misma información en 10 minutos, más datos adicionales durante otros 30 minutos desde mucha más profundidad en una atmósfera espesa.
PRIMERA PRUEBA DE VUELO INMINENTE
Tras una serie de sesiones informativas técnicas y revisiones de preparación para el vuelo, se espera que el avión vuele este mismo mes de marzo de 2024. Volará como un planeador lanzado desde una base unida a un helicóptero que suele utilizar el laboratorio. Las pruebas futuras podrían incluir vuelos con motor dependiendo de los datos que los investigadores determinen que necesitan.
«Estamos buscando llevar una idea al vuelo y demostrar que un avión con cuerpo sustentador puede volar como una sonda a esta escala: que puede ser estable, que los componentes pueden integrarse en la sonda y que el avión puede alcanzar cierta cantidad de ascenso», dijo Bodylski.