El Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional (2005) (RSI) ha acordado, en una reunión celebrada el pasado viernes 27 de enero, continuar considerando al Covid-19 como una emergencia de salud pública de importancia internacional.
Y es que, aunque el comité ha reconoció que la pandemia puede estar acercándose a un punto de inflexión, «no hay duda» de que este virus seguirá siendo un patógeno establecido permanentemente en humanos y animales para el futuro y, por tanto, se necesita de manera crítica una acción de salud pública a largo plazo.
«Si bien la eliminación de este virus de los reservorios humanos y animales es muy poco probable, la mitigación de su impacto devastador en la morbilidad y la mortalidad es factible y debe seguir siendo un objetivo prioritario», ha dicho el organismo.
Por ello, el RSI ha aconsejado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que desarrolle una propuesta de mecanismos alternativos para mantener el enfoque «global y nacional» sobre coronavirus y, a su vez, proporcione una evaluación con respecto a las implicaciones regulatorias para desarrollar y autorizar vacunas, diagnósticos y terapias si esta emergencia se terminara en los próximos meses.
En este sentido, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha agradecido al RSI que haya «mitigado» las posibles consecuencias negativas que tendría dejar de considerar al coronavirus como una emergencia de salud pública de importancia internacional.