La onza de oro troy, activo refugio por antonomasia, ha perforado este lunes sus máximos históricos al elevarse un 1,5% y situarse en los 2.265 dólares en un contexto marcado por la inflación PCE de Estados Unidos y las declaraciones del presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, en las que apuntaba que se necesita consolidar el proceso desinflacionista antes de efectuar el primer recorte de los tipos de interés.
Según los datos del mercado consultados por Europa Press, la onza de oro ha tocado ese nuevo máximo histórico en torno a las 06.00 hora española, si bien al mediodía las alzas del metal precioso se moderaban al 1,1%, hasta situarse en los 2.254 dólares.
Este movimiento en la cotización del oro se produce después de que el pasado viernes se conociese que la inflación PCE de Estados Unidos -una de las referencias macroeconómicas más seguidas por la Fed a la hora de evaluar su política monetaria- en febrero repuntase una décima, hasta el 2,5%, mientras que la subyacente se moderó otra décima, hasta el 2,8%.
En su línea discursiva habitual, el presidente de la Fed, Jerome Powell, comentó al respecto que «no hay que tener prisa» para recortar los tipos de interés y puso el foco, según los expertos de Banca March, en la resiliencia de la economía estadounidense y la fortaleza del mercado laboral como bazas para conceder más tiempo a la autoridad monetaria a dar el primer paso.
En lo que va de año, el oro acumula una revalorización de casi el 10%, si bien los avances se han concentrado especialmente en este recién finalizado mes de marzo -con una subida del 9%- al son de las declaraciones y movimientos de los bancos centrales a propósito de cuándo y con qué intensidad llegarán los tipos de interés.
En ese sentido, el oro ha roto durante varias jornadas en marzo sus máximos históricos al aproximarse y finalmente rebasar al nivel de los 2.200 dólares; una tendencia que ahora se prolonga en el inicio de abril.
Por otra parte, el director de inversiones de Schroders, Matthew Michael, ha llamado este lunes la atención en un informe sobre el hecho «significativo» de que los precios del oro han ignorado el repunte de los tipos de interés reales.
«Parece que hemos entrado en una era de desglobalización y bifurcación geopolítica que ha reforzado significativamente el papel del oro como activo de reserva», ha señalado Michael como nuevo paradigma sobre la cotización del oro.
Los movimientos al alza de la onza de oro en las últimas semanas han sorprendido al mercado tras el carrusel de reuniones de los bancos centrales -la gran mayoría ha dejado los tipos sin variación-, especialmente al hilo del turno de la Fed.
Esto se debe a que el oro cotiza en dólares, por lo que al mantenerse elevado el ‘precio del dinero’ (los tipos de interés) debería devaluarse el precio del metal y viceversa, según la teoría clásico.
En ese sentido, el director de inversiones de Julius Baer, Yves Bonzon, puso el foco hace dos semanas en la dificultad para explicar la actual fortaleza del oro ya que ninguno de los motores tradicionales de los precios del oro -el dólar estadounidense, los rendimientos reales de los bonos estadounidenses y la aversión al riesgo de los inversores- se encuentra actualmente en su lugar.
Por ello, apuntó que la demanda real de inversión en oro, reflejada en las tenencias de productos de inversión respaldados físicamente, no ha seguido el ritmo de la subida de precios, lo que sugiere que «la posición especulativa en el mercado de futuros está impulsando los precios al alza, cuestionando así la durabilidad del episodio actual».
La cotización del oro resurgió con fuerza por el regreso a primer plano del conflicto palestino-israelí, en tanto que desde el pasado 7 de octubre -día del ataque de la milicia islamista Hamás sobre territorio israelí- el metal acumula una revalorización de más del 20%.
De esta manera, impulsado por los riesgos geopolíticos y la compra masiva por parte de los bancos centrales, el oro alcanzó a principios de diciembre una nueva cota para sus registros históricos por encima de los 2.100 dólares.
Anteriormente a esa racha alcista del pasado otoño, la última vez que el oro cotizó por encima de los 2.000 dólares fue en mayo de 2023 por la tensión en el conflicto ucranio y los coletazos derivados de la crisis de la banca regional estadounidense, así como la quiebra de Credit Suisse del pasado marzo, de tal manera que su valor alcanzó un valor de 2.063 dólares a principios de mayo.
Con todo, el anterior máximo histórico del oro -previo al del pasado diciembre de 2023- se produjo el 7 de marzo de 2022, cuando la onza tocó los 2.075 dólares, por el comienzo dos semanas antes de la invasión rusa de Ucrania. A su vez, también rondó esos niveles en agosto de 2020 tras el estallido de la pandemia.