El impacto de la pandemia del coronavirus ha triplicado el número de trastornos mentales que padecen los niños, niñas y adolescentes de entre 4 y 14 años en España, según ha alertado este martes Save the Children.
La ONG ha presentado los resultados de su último informe ‘Crecer Saludable(mente) Un análisis sobre la salud mental y el suicidio en la infancia y la adolescencia’, en el que repasa el impacto de la crisis sanitaria entre los más pequeños. La organización ha realizado una encuesta a nivel estatal a 2.000 padres y madres sobre la salud mental de sus hijos.
En la presentación de los resultados del estudio, el director general de Save the Children, Andrés Conde, ha explicado que la mayoría de padres y madres refiere que sus hijos e hijas se han encontrado en un estado de salud mental bueno o muy bueno en los últimos 12 meses. Solo un 8% cree que sus hijos e hijas se han sentido regular o mal.
Sin embargo, tras la pandemia, los trastornos mentales como ansiedad o depresión han aumentado del 1,1% al 4% en niños, niñas y adolescentes de entre 4 y 14 años y del 2,5% al 7% en el caso de los trastornos de conducta como déficit de atención o hiperactividad, en comparación con los últimos datos oficiales disponibles de la Encuesta Nacional de Salud (ENS) de 2017.
El informe señala que la incidencia de estos problemas es tres veces mayor (10%) en las familias sin empleo que entre la infancia y la adolescencia que vive en familias que han conservado el empleo (3%) tras la crisis de la COVID-19.
Además, los niños, niñas y adolescentes que viven en hogares con bajos ingresos tienen una probabilidad 4 veces mayor (13%) de sufrir trastornos mentales y/o de conducta que los que viven en hogares de renta alta (3%). También en los hogares más pobres se concentra una mayor proporción de infancia migrante que presenta una mayor incidencia de trastornos mentales y/o de conducta.
LOS DIAGNÓSTICOS HAN DISMINUIDO
Según ha detallado Andrés Conde durante su intervención, «la anomalía» que se ha detectado «es que, sin embargo, los diagnósticos médicos de trastornos mentales y trastornos de conducta han disminuido muy significativamente». «Nos tiene que preocupar», ha manifestado.
Respecto al estado de ánimo, los menores que se mostraban inquietos o muy preocupados se situaban en el 19,5%, un dato que ha escalado hasta el 30,2% tras la pandemia. Además, los niños y niñas infelices o desanimados representaban el 8,4% en 2017, frente al 18,1% del presente año 2021, «un incremento muy significativo».
Sobre si los padres y madres perciben que son solitarios y juegan solos, el informe de Save the Children apunta que en 2017 el porcentaje se situaba en el 18,7% frente al 26,6% de 2021.
Al igual que en 2017, el estudio refleja que a partir de los 8 años los trastornos mentales se concentran más en las niñas y los de conducta en los niños. Además, los trastornos mentales son mucho más frecuentes entre los mayores de 12 años, mientras que los de conducta aparecen en edades más tempranas.
Respecto al problema de suicidio entre niños de 0 a 18 años, Conde ha puesto de relieve que «hoy hay muchos menos suicidios de niños y niñas que hace 30 años» y ha añadido que «la buena noticia es que España es uno de los países de la OCDE que tienen menor tasa de suicidios», solo por debajo de Turquía, Portugal y Grecia.
DIFERENCIAS POR SEXO
En 2020 se suicidaron 61 niños, niñas y adolescentes en España, según las cifras facilitadas este martes por la ONG, que añade que un 3% de niños, niñas y adolescentes han tenido pensamientos suicidas en 2021. Si bien las niñas parecen más afectadas por pensamientos o intenciones suicidas, son los niños quienes terminan por cometer en mayor proporción este acto.
Las intenciones de suicidio se incrementan a medida que los niños y niñas alcanzan la adolescencia y los porcentajes son mayores en las familias con rentas bajas. Además, los niños, niñas y adolescentes víctimas de bullying (victimización por pares) tienen 2,55 veces más riesgo de intentos de suicido que los que no lo han sufrido. En el caso del ciberbullying, el impacto es todavía mayor.
Entre las causas que les llevan a esta situación, el director de la ONG ha destacado, fundamentalmente, conflictos familiares graves y situaciones de separación; problemas de acoso por parte de sus iguales, humillaciones y malos tratos; la soledad; desengaños amorosos; la muerte y la separación de seres queridos; el fracaso escolar y la presión para evitar ese fracaso; y también la discriminación por orientación sexual.
Catalina Perazzo, directora de Incidencia Social y Políticas de Infancia de Save the Children, ha asegurado que «las familias se encuentran ante una carrera de obstáculos para que sus hijos e hijas reciban atención psicológica y psiquiátrica». «Hay que duplicar el número de plazas anuales de Psicólogo Interno Residente hasta llegar a las 400», ha subrayado.
Save the Children incluye en su informe recomendaciones para que la Estrategia de Salud Mental implemente sus objetivos y plantea, entre otras propuestas, una inversión de 44,6 millones de euros para la formación especializada del personal docente. Asimismo, considera necesaria la formación del personal sanitario en detección temprana de comportamientos suicidas.
También propone la puesta en marcha de un teléfono de atención a la salud mental, exclusivo para la infancia y la adolescencia, con un coste estimado de medio millón de euros, así como la mejora de las estadísticas oficiales, necesaria para una prevención más efectiva de los problemas de salud mental y que se ven afectadas por una infradeclaración o mala clasificación de los suicidios.
Asimismo, la organización plantea la necesidad de consolidar la especialidad de psiquiatría y psicología infantojuvenil, duplicar el número de plazas anuales convocadas de Psicólogo Interno Residente (PIR) hasta llegar a las 400 -con un coste estimado en 31 millones de euros- y duplicar también el número de plazas anuales convocadas del MIR en la especialidad de Psiquiatría hasta las 600 -con un coste estimado de 12,4 millones de euros-.
En el acto de presentación, se ha proyectado un video protagonizado por Noelia, cuya hija sufre problemas de salud mental y ha intentado quitarse la vida. «En nuestro caso están fallando recursos. Está fallando la falta de profesionales. A mi niña no le queda un centímetro de su cuerpo en que hacerse un corte. Mi niña, a la mínima oportunidad que tiene, o se bebe un vaso de lejía o se traga cualquier cosa», ha relatado.
Judit, por su parte, ha explicado que en su adolescencia no veía futuro en «nada», estaba «en una oscuridad completa» y el tema del suicidio «lo pensaba cada día, cada noche, todos los días». Fue víctima de acoso y padeció ansiedad y depresión.