La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, ha dicho este viernes que se ha sometido a una prueba de drogas después de que parte de la oposición se lo pidiera debido a la filtración de un vídeo suyo en redes sociales en el que aparece bailando con amigos.
«Dado que se buscan este tipo de sospechas, me realicé las pruebas solo para estar segura. Me afecta la presunción de inocencia», ha dicho, agregando que espera que no se vuelvan a hacer afirmaciones sobre el posible uso de sustancias en su vida social, tal y como ha informado el diario finlandés ‘Helsingin Sanomat’.
Marin también ha evitado especular sobre la filtración del vídeo, ya que hay que «estar preparado» para todo tipo de amenazas, aunque sí ha defendido a sus amigos, asegurando que «sabe» que no han sido ellos, según ha recogido el diario ‘Iltalehti’.
«No quiero perder mi fe en la gente. Continuaré haciendo mi trabajo lo mejor que pueda», ha zanjado tras comunicar que, ante la polémica que ha sembrado dicha grabación, se ha hecho las pruebas, cuyos resultados se esperan dentro de una semana.
En la grabación aparece Marin bailando junto a distintas figuras públicas, entre las que se encuentran la diputada Ilmari Nurminen, del Partido Socialdemócrata, así como las presentadoras Tinni Wikstrom y Karoliina Tuominen, o la ‘influencer’ Janita Autio.
Fiestas, alcohol, drogas, desenfreno total, no es la vida de una celebridad de Hollywood sino de la Primer Ministra de Finlandia.
¿Ese es el primer mundo que nos quieren vender? pic.twitter.com/E6oRcLaNbV— ElTanoCast (@TovarichDelSur) August 18, 2022
Snte el revuelo que provocó este jueves la difusión del vídeo, en el que aparece un comentario sobre la harina –término asociado con la cocaína–, la líder del derechista Partido de los Finlandeses, Riikka Purra, así como el diputado Mikko Karna, le exigieron a Marin un control de drogas.
No es la primera vez que Marin desata la polémica en Finlandia. Ya en 2021, la primera ministra se tuvo que disculpar por haber asistido a una discoteca sabiendo que era contacto estrecho de un positivo por COVID-19, en medio de una ola de críticas por su comportamiento.