Educar a los menores en el uso «consciente y crítico» de las redes sociales como TikTok es un trabajo que implica a familias y docentes, quienes también deben adquirir las competencias digitales necesarias para poder acompañar a los adolescentes en su vida digital e inculcarles la importancia de la desconexión para generar hábitos saludables.
La presencia de los menores de edad en las redes sociales es un hecho y por ello se exige a plataformas como TikTok que incorporen medidas para que su experiencia sea segura mientras comparten contenidos e interactúan con los de otros usuarios.
Sin embargo, existe también una responsabilidad por parte de los propios usuarios en ese uso seguro que, en el caso de los menores, se traslada a todos los agentes que les rodean, que deben adquirir unas capacidades digitales para poder saber transmitir buenos usos a los niños y adolescentes.
El objetivo es conseguir que hagan un uso «consciente y crítico», como ha expuesto el fundador y director de Pantallas Amigas, Jorge Flores, quien añade que «a partir de que se adquiera eso, podremos construir un uso saludable para uno mismo, responsable para las demás personas y sostenible socialmente».
Y conseguirlo es «un trabajo de todos los agentes», desde las familias, los educadores y profesores, las instituciones y las plataformas, como ha apuntado Laura Cuesta, experta digital especializada en formación para un uso seguro y responsable de las pantallas, que ha puesto el énfasis en los padres y docentes porque son quienes pasan más horas con los adolescentes.
Ambos expertos han coincidido en la importancia de la formación digital de padres, tutores y docentes, porque estos no siempre tienen las competencias digitales adquiridas. «Aunque tengan ellos mismos un perfil en TikTok, no saben lo que es la sincronización familiar y muchas veces se comete el error de que piensan que por que no dejen subir vídeos a sus hijos, simplemente que usen ellos su perfil, con eso ya tienen seguridad», ha ejemplificado Cuesta.
Esta experta, que expone en colegios e institutos las consecuencias de los malos usos en Internet, defiende que «tenemos que hacer esa formación en educación digital para que se llegue a esa alfabetización digital de todos los menores, sobre todo de edades tempranas. Al final es hacer un acompañamiento y una supervisión desde que empiecen a utilizar la tecnología y las plataformas», algo que sucede a los 8 o 9 años.
«El acompañamiento significa mucho. Significa compartir, significa generar confianza, significa estar a su lado y no enfrente, y desde edades tempranas. De esa manera vamos a aprender y ganar autoridad moral para prescribir», coincide Flores.
LA EDAD ADECUADA PARA USAR RRSS
Los 13 años aparecen en muchas plataformas que admiten a menores como la edad mínima para poder crear una cuenta y participar en ellas. Una edad que al menos en Pantallas Amigas consideran adecuada, como ya compartieron en 2017 con motivo de la transposición de la ley europea en materia de protección de datos.
Según ha explicado Flores, se estableció a partir de un diagnóstico de la comunidad, en el que se concluyó que era «un compromiso entre la capacidad individual de las personas menores y la capacidad de influencia que podían tener las familias»
Esto es, que con 13 años se entiende que han alcanzado un grado de madurez tal para tener suficiente autonomía, y que retrasar el acceso a las plataformas digitales iba a suponer una barrera porque a esa edad los adolescentes «están mucho más impermeables a la influencia de las familias».
La edad, por sí sola, no garantiza madurez en el uso de dichas plataformas. Por ello, desde Tiktok han recordado en un encuentro con la prensa celebrado este jueves las medidas que han implementado, que incluyen un equipo de moderación de 40.000 personas en todo el mundo, que trabajan en 70 idiomas, unas directrices de la comunidad que deben respetar todos los usuarios y un conjunto de herramientas para controlar la propia experiencia.
La directora de Política de Producto Regional de EMEA de TikTok, Emer Cassidy, ha señalado que en la red social existen dos tipos de cuenta en usuarios menores: una para menores de 13 a 15 años -de hecho, 13 es la edad mínima para poder abrir una cuenta- y otra para usuarios de 16 y 17 años. En esta última no se permiten los eventos en directo ni tampoco enviar regalos virtuales, e incluso se establece una notificación cuando se alcanzan los 60 minutos de uso diarios.
Por debajo de 16 años aparecen más restricciones: las cuentas son privadas por defecto, no se pueden enviar mensajes directos, descargar los vídeos ni hacer duos ni usar Pegar -una herramienta para reutilizar fragmentos de otros vídeos en los propios- y se limitan los comentarios en vídeos a solo amigos.
Si sus sistemas detectan que el usuario es menor de esa edad, automáticamente le cierran la cuenta. Y para esa detección utilizan sistemas automático y moderadores, que analizan el propio uso que se hace de la cuenta y las señales que delatan la edad. «No siempre acertamos, es verdad que lo intentamos, pero damos la posibilidad a los usuarios de que apelen esta decisión», ha reconocido la directiva.
En lo que respecta a los propios contenidos, ‘Para ti’ es «un muro personalizado, individual para cada usuario», como ha explicado Cassidy, en el que se muestran vídeos en base a los intereses y la actividad que realizan.
Para controlar que los usuarios menores acceden a vídeos adecuados para su edad, la propia plataforma realiza las recomendaciones por temas -creados en colaboración con expertos- y por edades en niveles de contenido, para evitar que los vídeos de temáticas que requieran un mayor nivel de madurez lleguen a usuarios menores de 18 años.
También facilitan a los padres una serie de herramientas a través de la sincronizacion de cuenta que permite vincular la cuenta del menor a la del padre o tutor, para supervisar el uso que hace en la plataforma y establecer determinados límites. Y para aprender sobre seguridad digital, también tienen acceso a unas guías preparadas por TikTok.
APRENDER A DESCONECTAR
«Es importante también que eduquemos a los menores en que deben aprender a autorregularse» en el uso de las pantallas y los servicios digitales, añade Laura Cuesta. Y sobre todo, ha subrayado que «tenemos que aprender a desconectar de este mundo online, tanto adultos como menores».
La experta plantea que esta desconexión de los adultos debe ser un ejemplo para los menores, una idea con la que coincide el director de Pantallas Amigas, que ha expuesto que «esa tendencia que aparece cuando tenemos la cabeza vacía a echar mano del móvil significa que quizá no somos capaces de estar con nosotros mismos» algo con lo que avisa que hay que tener especial cuidado en edades tempranas, «porque no van a desarrollar la capacidad de introspección, de estar consigo mismos», lo que considera que puede llevar a «tanto sobreuso y tanta sensación de ansiedad, depresión, malestar emocional».
Se trata de «encontrar un equilibrio entre los ratos de conexión y los ratos de desconexión, en los que podemos hacer un ocio saludable», concluye Cuesta.