A pesar de que Tamara Falcó ha negado rotundamente los rumores de embarazo que le persiguen desde que hace varias semanas compartió una imagen de lo más sospechosa en su cuenta de Instagram ocultando estrategicamente su tripa con el abrigo, sus seguidores continúan sin creerse a la marquesa de Griñón y apuesta a que podría estar esperando su primer hijo con Íñigo Onieva 9 meses después de su boda.
Este fin de semana la pareja ha optado por quedarse en Madrid en lugar de hacer alguno de los exclusivos viajes no aptos para cualquier bolsillo que se regalan a menudo y han disfrutado de un plan de lo más especial en pareja.
Un domingo de lo más completo que ha comenzado con una escapada a la Sierra madrileña con sus dos perros, Jacinta y Vanilla, en la que no ha faltado un paseo por un entorno de ensueño en plena naturaleza, y un ratito para descansar tomando el sol en el que Tamara -que se ha quitado incluso las zapatillas para sentir el contacto de sus pies con la hierba- e Íñigo han presumido de lo enamoradísimos que están con una imagen de lo más cómplices que la socialité ha publicado en redes sociales. «Madrid nunca deja de sorprenderme» ha reconocido.
Siempre ideal, la hija de Isabel Preysler ha elegido un look cómodo a la par que estiloso para su ruta por la montaña, luciendo una romántica blusa con mini florecitas y un pantalón ancho de lino en color crema que ha reavivado los rumores de embarazo por los volúmenes en la parte del vientre.
Una jornada que no terminaba aquí, ya que por la tarde la pareja acudía a misa en una iglesia cercana a su domicilio, poniendo la guinda al fin de semana presumiendo de su religiosidad. Intentando esquivar a la prensa y las preguntas sobre su posible embarazo, Tamara e Íñigo han accedido al lugar en coche, y muy serios -el empresario incluso ha intentado deslumbrar a las cámaras poniendo las luces largas a pesar de ser de día- han dado la callada por respuesta a los rumores sobre su presunta paternidad. El momento, ¡en el siguiente vídeo!