La torre de la Catedral de Badajoz se podrá visitar a partir de esta semana

Redacción

La torre de la Catedral de la ciudad de Badajoz se podrá visitar por el público en general a partir de esta semana, tras las obras llevadas a cabo para su remodelación y musealización con un importe de unos 100.000 euros, aportado por parte del Ayuntamiento con una subvención de 34.837,20 euros, y el resto, unos 65.000 euros, por el Arzobispado de Mérida-Badajoz.

Con 41 metros de altura y 142 escalones divididos en tres tramos, que incluyen la casa del campanero además del cuerpo del reloj con el último mecánico y el cuerpo de campanas, la adecuación de la torre de la Catedral para poder ser visitada se proyectó con la actual propuesta del Museo de la Catedral.

Sin embargo, la amplitud y complejidad de la intervención de las 12 salas del museo impidió afrontar esta zona del edificio, según ha explicado el director del Museo Catedralicio, Juan Román en la presentación ante los medios, previa a la inauguración oficial prevista para este martes con la presencia, entre otras autoridades, el arzobispo de Mérida-Badajoz, Monseñor Celso Morga, o el alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, y en la que, acompañado del ecónomo, Julián Peña, Román ha explicado que la idea se retomó en mayo de 2022 tras una conversación con el ayuntamiento.

En este sentido, el ayuntamiento plantea la «disposición de echar una mano» si se proponía la adecuación de la torre; a partir de lo cual se realiza un proyecto base y su estudio por parte del consistorio, que finalizó con un acuerdo municipal que se dio a conocer en septiembre de este mismo año, y en el que se concedía una ayuda de 35.000 euros para la intervención, cuyo presupuesto estimado era de unos 70.000 euros.

El proceso de concesión de los permisos necesarios por tratarse de un Bien de Interés Cultural, la búsqueda de empresas que asumieran la intervención o las matizaciones en el proyecto retrasaron el inicio de la obra hasta abril de este año. Finalizadas las obras básicas de albañilería, pintura, electricidad y seguridad durante el verano, ha detallado Juan Román, «acaba de concluir» el proyecto al añadir elementos de musealización y de acogida de los visitantes.

De este modo, la visita cultural a la Catedral de Badajoz y a su Museo se amplía con la posibilidad de conocer su torre y descubrir las vistas de la ciudad desde ella. Para ello, se han dispuesto dos tipos de entrada, una de las cuales permitirá visitar el templo-Catedral y la torre con un precio de 5 euros que se reduce a 4 euros para mayores de 65 años, desempleados, personas con discapacidad reconocida, jóvenes hasta 18 años o miembros de familias numerosas.

La otra visita permite recorrer todo el conjunto, que incluye el Museo, el claustro, el templo y la torre con un precio de 8 euros, o reducido de 6 euros. En ambos modelos de visita se incluirá una audioguía que ayudará a entender lo esencial de los distintos espacios, y se mantiene el actual horario, aunque se estudia su modificación, de martes a sábado de 10,30 a 13,30 y de 17,00 a 19,00 horas. También cabe la posibilidad de realizar visitas guiadas, para lo que se debe solicitar por internet o en el mostrador de las entradas y habrá un incremento del coste de la entrada.

LA INTERVENCIÓN EN LA TORRE

La intervención en la torre, que «no estaba mal» ni «se estaba cayendo» pero «no estaba preparada para recibir visitas» y presentaba «malas condiciones» de electricidad, humedades o pinturas, ha consistido en recuperar el edificio mejorando su aspecto, y conservando los elementos patrimoniales, de manera que se ha dotado de un nuevo sistema de iluminación y se han colocado medios de protección para garantizar la seguridad del visitante.

Para ello, se han picado y restituido paramentos y elementos daños por el tiempo y la humedad; se han sustituido o eliminado carpinterías e instalaciones obsoletas; se han colocado sistemas de protección para el visitante; se han instalado elementos de alumbrado y señalización de emergencia y, finalmente, se ha añadido un sistema de vigilancia a través de sensores y videocámaras.

Para Juan Román, en continuidad con el planteamiento museológico del Museo de la Catedral, no se ha intervenido en la torre solo para que se pueda subir y apreciar las vistas de la ciudad, sino que se pretende que quien desee conocerla, además de las mencionadas visitas pueda descubrir la importancia que esta parte del edificio ha tenido a lo largo de la historia desde que se concluyó en 1544. Y es que, como ha destacado, su reloj y sus campanas han señalado el ritmo de la ciudad durante cientos de años, gracias al campanero que residía en uno de los cuerpos de la torre.

Así, quien visite la torre conocerá esta singular casa, la función del campanero o la figura del último campanero de la Catedral, Daniel Perera, que lo fue desde 1949 hasta 1970, en relación a lo cual ha agregado que han tenido la «inmensa suerte» de contar con su hijo, que no reside actualmente en Badajoz y que les ha facilitado «muchísima» información, por lo que han podido recuperar la memoria «directa» de quien vivió muchos años en esa casa.

DE LA ‘SANTA CRUZ’ AL CERNÍCALO PRIMILLA

El visitante también podrá entender cómo las campanas fueron el medio de comunicación social más importantes de las ciudades o los nombres de las mismas, como la ‘Santa Cruz’ que es la más antigua de un total de nueve, y sobre lo cual ha precisado que la mayoría han sido refundidas a lo largo de los siglos y que, en concreto, la citada permanece como tal desde 1549, cinco años después de concluir la torre.

Asimismo, se puede conocer el cuerpo del reloj, donde se instaló un primer reloj mecánico al construirse la torre y hoy se puede ver el último mecánico de la Catedral, una pieza «singularísima» de la relojería francesa que ha dado la hora en la ciudad durante 113 años, de 1892 a 2005, cuando dejó de funcionar.

Al mismo tiempo, se ha añadido un «detalle final» como es una referencia a un animal especial y protegido que visita cada año la torre para anidar en ella, el cernícalo primilla, a la vez que ha expuesto que la torre es un símbolo de la ciudad que guarda «muchos secretos» que «ahora todos pueden descubrir» y que, «precisamente», ‘Un símbolo con secretos’ es el título de la visita cultural a esta zona del conjunto catedralicio, al que se puede acceder por la puerta del Museo de la calle San Blas y la del Cordero.

Finalmente, Juan Román ha reconocido que necesitan que haya «muchas visitas» porque precisan recursos, dado que ha sido una inversión «enorme» que el Arzobispado «no pretende recuperar», tras lo que ha hecho hincapié en que, para mantener abierto el Museo, la torre y la Catedral requieren de una cantidad de dinero «importantísima» a final de mes, y en que la finalidad del importe de la entrada es cubrir gastos de personal, limpieza, iluminación o seguridad, algo que se paga con las visitas, además de contar con el programa de mecenazgo ‘Amigos de la Catedral’.

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