La Unión Europea ha adoptado este jueves la nueva ronda de sanciones contra Rusia por la escalada del conflicto en Ucrania, un paquete que incluye como principal medida el tope al precio del petróleo ruso transportado por mar, además de más limitaciones al comercio con Rusia, castigos para quienes sorteen las sanciones o la prohibición de participar en consejos de administración de empresas estatales rusas.
La octava tanda de sanciones europeas llega en respuesta a los referéndums y anexiones de territorios ucranianos por parte de Rusia y a un recrudecimiento de la guerra, incluyendo la retórica nuclear contra Occidente. En este contexto, los Veintisiete han aprobado la base para establecer un límite al precio del petróleo ruso transportado por mar a terceros países, además de restricciones en el transporte marítimo de crudo, una medida que busca reducir los ingresos de Rusia, por un lado, y estabilizar los mercados internacionales, por otro.
Con este paso, la UE bloquea el transporte marítimo relacionado con el envío de crudo a terceros países desde el próximo mes de diciembre, mientras que la medida afectara a productos derivados del petróleo a partir de febrero de 2023. Aparte, la prohibición de embarcaciones de la UE para ofrecer servicios de transporte marítimo entrará en vigor cuando los Veintisiete fijen el precio máximo, asunto que se negocia a nivel del G7.
Finalmente la medida no afectará al crudo que llega a través de oleoducto, algo que países como Hungría y otros socios europeos sin salida al mar demandaban debido a su gran dependencia del petróleo ruso.
En cuanto a las medidas comerciales, el paquete contempla la prohibición de más importaciones de productos rusos como el acero, madera, productos papeleros, cigarrillos, cosméticos y plásticos, además de elementos de joyería como piedras preciosas.
De lado de las exportaciones europeas, se restringirán más la tecnología relativa al sector aéreo, así como la prohibición de vender armas de uso civil, ciertos componentes electrónicos, químicos y bienes que puedan ser empleados con uso represivo, una medida con la que la UE busca mermar la capacidad militar de Moscú.
VETO A PARTICIPAR EN CONSEJOS DE ADMINISTRACIÓN
Otro de los elementos contenido en esta tanda de sanciones es el veto a que ciudadanos europeos ocupen cargos en los órganos de administración de empresas estatales rusas, una medida en clara referencia al excanciller alemán, Gerhard Schroeder, que se vio obligado a dejar su puesto en el consejo de la petrolera estatal Rosneft el pasado mes de mayo tras un aluvión de críticas.
Al poco de iniciarse la agresión rusa de Ucrania, el ex primer ministro francés François Fillon renunció de sus cargos en una petrolera y una química rusa, al igual que el ex primer ministro italiano Matteo Renzi, en su caso en una empresa de vehículos compartidos rusa.
Igualmente, la UE amplia su ‘lista negra’ con 37 individuos y entidades responsables de las consultas ilegales en Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia y miembros de la Defensa rusa detrás de la movilización de reservistas, además de castigar a propagandistas que diseminan desinformación sobre la invasión.
Fuentes europeas confirman la inclusión del conocido filósofo Alexander Dugin, cuya hija sufrió un atentado mortal el pasado agosto y que ha calificado la anexión de las regiones ucranianas como una nueva era civilizatoria para Rusia. Otra novedad que incluye este paquete es la ampliación del alcance de las sanciones individuales para poder añadir a aquellas personas que faciliten la elusión de las sanciones europeas.