Los negociadores de la Unión Europea y de Reino Unido han llegado este jueves en Bruselas a un acuerdo sobre las condiciones de su relación futura para evitar un Brexit a las bravas el próximo 31 de diciembre, cuando los británicos dejen de ser parte del club comunitario tras más de cuatro décadas, han informado fuentes europeas y británicas
El anuncio llega a solo una semana de que Reino Unido abandone definitivamente el Mercado Común y la Unión Aduanera, pero deberá ser aún examinado por los Estados miembro y necesitará de la aprobación del pleno del Parlamento europeo para entrar en vigor.
Con todo, las partes examinan vías legales para que el nuevo acuerdo de asociación y comercial pueda ponerse en práctica de manera «provisional» ya desde el 1 de enero para evitar una desconexión desordenada.
Londres y Bruselas iniciaron las negociaciones formales el pasado febrero pero las fuertes diferencias entre ambos apenas permitieron avances hasta hace pocas semanas, cuando la urgencia y el riesgo de una relación entre terceros fijada por las reglas de la OMC aceleraron las conversaciones.
Johnson celebra un acuerdo que parecía «imposible» pero permite a Reino Unido «recuperar el control»
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha celebrado el acuerdo con la Unión Europea para las relaciones bilaterales a partir del 1 de enero y ha dicho que, pese a que muchos lo habían dado por «imposible», Londres podrá «recuperar el control» a nivel político, legislativo y económico sin perder acceso al mercado europeo.
El acuerdo anunciado este jueves proporciona, en palabras de Johnson, «certeza, seguridad y estabilidad» y permite cumplir la promesa que se lanzó en 2016, cuando el ahora ‘premier’ hizo campaña en favor de la salida de Reino Unido de la UE. Más de cuatro años después, y a una semana de la ruptura definitiva de relaciones, han pactado un texto de unas 500 páginas.
Dicho texto dibuja unas relaciones comerciales valoradas en 660.000 millones de libras al año (casi 734 millones de euros, según Johnson, que confía en que tanto ciudadanos como empresas salgan beneficiados de estas futuras relaciones.
«Hemos conseguido algo que la ciudadanía sabía que se podía hacer» pero que se algunos llegaron a dar por «imposible», ha dicho Johnson, que ha esgrimido el nuevo pacto como argumento frente a quienes pedían en estas última semanas una prórroga de la fase de transición.
Esta prórroga, ha añadido, habría implicado «más incertidumbre». En este sentido, ha alabado a quienes han encontrado la «piedra filosofal» que ha llevado al acuerdo y ha tenido palabras de agradecimiento tanto para los principales negociadores de las dos partes como para la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
«Somos un país soberano», ha proclamado Johnson, que precisamente durante estos últimos años ha apelado a esta misma soberanía para defender una ruptura que, pese a las voces críticas, cree que aportará «seguridad» a las dos partes y pondrá fin a un debate sobre las relaciones que se remonta varias décadas atrás.
El ‘premier’ británico considera que se logra «un respeto mutuo, un reconocimiento mutuo» con la UE, con la que no oculta que ha habido una relación «compleja» e incluso de «fricción» en algunos momentos. En su opinión, sienta las bases «de una amistad a largo plazo».
ESCOLLOS
En los esfuerzos por dibujar las «nuevas relaciones» ha jugado un papel importante el comercio, si bien Reino Unido podrá seguir teniendo acceso al mercado europeo –«no va a aparecer una pila de aranceles el 1 de enero»– mientras negocia sus propios tratados con otros socios. Johnson ha resaltado que Reino Unido ha logrado un acuerdo similar al que tiene a día de hoy Canadá con la UE.
En el tema judicial, Reino Unido se garantiza quedar al margen de las decisiones que adopte el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), mientras que en cuestiones legislativas Johnson ha apelado también a esta misma soberanía: «Las leyes británicas serán aquellas acordadas y aprobadas por el Parlamento británico».
Uno de los principales escollos de la fase final de negociación ha sido la pesca, pero también en este aspecto el primer ministro británico ha considerado que el acuerdo es un éxito. «Tendremos control absoluto de nuestras aguas nacionales», ha sentenciado.
Durante cinco años y medio, la UE transferirá un 25 por ciento del valor de las capturas a Reino Unido, para acto seguido renegociar anualmente las posibilidades de pesca. Johnson ha destacado que las dos partes han cedido en este punto, ya que la UE «comenzó pidiendo un periodo de transición de 14 años» y Reino Unido «quería tres años».
«Puedo garantizar a los admiradores del pescado en este país que podremos capturar y comer grandes cantidades de peces», ha dicho el ‘premier’ británico, que ha prometido también ayudar para modernizar la flota y compensaciones a la industria pesquera hasta que las cuotas se ajusten.