El ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ) ha ganado las elecciones legislativas celebradas este domingo en Austria con un 29,2 por ciento –lo que le otorgará 58 escaños–, por delante del Partido Popular (ÖVP), que obtiene un 26,5 por ciento y 52 asientos, según datos preliminares anunciados por el Ministerio del Interior.
El líder del FPÖ, Herbert Kickl, ha destacado la «autoridad» con la que se han expresado los votantes. «Las cosas no pueden seguir como están ahora», ha resaltado en una comparecencia ante la prensa junto a los demás candidatos. «Estamos listos para liderar un gobierno», ha planteado al tiempo que ha apelado a los demás a «preguntarse qué opinan de la democracia».
Sin embargo, el actual canciller austriaco y líder del ÖVP, Karl Nehammer, ha cerrado de nuevo la puerta, igual que ha hecho en campaña, a apoyar un gobierno liderado por Kickl. Nehammer ha manifestado su disposición a asumir las preocupaciones de los votantes del FPÖ, pero «eso no implica apoyar los métodos políticos» del líder ultraderechista.
El tercer partido sería el Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ), que ha logrado un 21 por ciento de votos y 41 escaños, el peor en la historia de la formación, según la televisión pública austriaca, ÖRF. Su director federal, Klaus Seltenheim, ha reconocido que es «un resultado doloroso» y ha fijado como objetivo «ahorrar al pueblo austriaco una coalición negriazul», en referencia a los colores de FPÖ y ÖVP.
Sin embargo, el candidato del SPÖ, Andreas Babler, ha calificado los resultados de «bonito éxito» y ha manifestado su disposición a negociar un gobierno de gran coalición con el ÖVP: «Me preocupa la estabilidad de este país».
La cuarta posición es para NEOS-La Nueva Austria con un nueve por ciento y 17 asientos, seguido muy de cerca por Los Verdes (ocho por ciento y 15 escaños). Más lejos están el Partido Comunista de Austria (KPÖ, 2,3 por ciento) y el Partido de la Cerveza (Bier Partei, dos por ciento), que se han quedado sin representación parlamentaria.
Desde NEOS, su secretario general, Douglas Hoyos, ha asegurado que son «uno de los dos ganadores» de los comicios y espera que en los próximos días puedan negociar su participación en el próximo gobierno. «La gente quiere reformas», ha afirmado.
Por su parte, el presidente de Los Verdes y actual vicecanciller, Werner Kogler, no ha descartado pasar a la oposición. «Puedo estar en la oposición, pero esa no es la cuestión», ha argumentado. Austria ha pasado de ser un «país retro» a estar «en la vía rápida» y ha alertado de «reformas equivocadas». Sin embargo, ha reconocido que los votos para el FPÖ suponen una «alarma de fuego», que sin embargo no significa que haya que «echar gasolina al frente del gobierno de la república».
Los datos de participación oficiales la sitúan en el 74,9 por ciento –a penas medio punto porcentual menos que en 2019– y un margen de error de dos puntos porcentuales y destaca que el SPÖ ha sido el partido más votado en la capital, Viena, por delante del FPÖ.