Investigadores de la Universidad de Oxford han publicado en ‘Preprints de The Lancet’ un análisis de datos adicionales de los ensayos en curso de su vacuna contra el COVID-19, desarrollada conjuntamente con la compañía farmacéutica AstraZeneca.
Además, los autores dan las primeras pistas sobre el potencial de la vacuna para reducir la transmisión del coronavirus: han observado una reducción del 67 por ciento en los contagios después de la primera dosis en los voluntarios de sus ensayos en Reino Unido.
Estos datos son importantes porque, hasta la fecha, se han publicado muchos datos sobre la eficacia de las vacunas para evitar la enfermedad, pero todavía se desconoce si impiden que los vacunados se infecten y sean contagiosos de manera asintomática.
Por otra parte, en su trabajo revelan que la eficacia de la vacuna es mayor a intervalos más largos de refuerzo, y que una sola dosis de la vacuna es un 76 por ciento eficaz desde los 22 hasta los 90 días después de la vacunación.
En este preimpreso, que está actualmente en revisión por ‘The Lancet’, informan sobre un análisis de datos adicionales para incluir la información del ensayo hasta el 7 de diciembre de 2020, que incluye otros 201 casos de COVID-19 sintomático primario (332 casos de los 131 notificados anteriormente). Así, señalan que el efecto del intervalo de dosificación en la eficacia es pronunciado, con una eficacia de la vacuna que aumenta del 54,9 por ciento con un intervalo de menos de seis semanas al 82,4 por ciento cuando se separan 12 o más semanas.
También detallan que una sola dosis estándar de la vacuna tiene una eficacia del 76 por ciento en la protección contra el COVID-19 sintomático durante los primeros 90 días después de la vacunación, una vez que el sistema inmunitario ha creado esta protección 22 días después de la vacunación, y la protección muestra pocos indicios de disminución en este periodo.
«Estos nuevos datos proporcionan una importante verificación de los datos provisionales que fueron utilizados por más de 25 reguladores para conceder la autorización de uso de emergencia de la vacuna. También apoyan la recomendación para adoptar un intervalo de refuerzo de 12 semanas, ya que buscan el enfoque óptimo para el despliegue, y nos asegura que las personas están protegidas desde 22 días después de una sola dosis de la vacuna», ha resaltado el jefe de los ensayos, el profesor Andrew Pollard.
De esta forma, los análisis presentados en este trabajo sugieren que es el intervalo de dosificación y no el nivel de dosificación lo que tiene un gran impacto en la eficacia de la vacuna. «Esto está en consonancia con investigaciones anteriores que apoyan una mayor eficacia con intervalos de cebado más largos realizados con otras vacunas como la de la gripe, el ébola y la malaria», apunta Pollard.
Los investigadores esperan publicar datos relativos a la eficacia de su vacuna en las nuevas variantes del virus «en los próximos días», y esperan que los resultados sean «muy similares a los ya comunicados por otros desarrolladores de vacunas».