Un estudio publicado en la prestigiosa revista American Journal of Psychiatry destaca la creciente convergencia entre diferentes adicciones conductuales en entornos en línea. La tecnología puede exacerbar estas adicciones y difuminar los límites entre problemáticas, como en el caso de los juegos de azar y los videojuegos, o el uso problemático de las redes sociales y las compras compulsivas, complicando su identificación y tratamiento.
Gemma Mestre-Bach, investigadora principal del Grupo de Investigación en Adicciones Comportamentales de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) ha participado en este estudio, que analiza el estado actual del conocimiento sobre estas adicciones y las mejores estrategias para su tratamiento.
La revista científica American Journal of Psychiatry (AJP) se sitúa entre el 2% de las mejores publicaciones en el índice científico JCR y es una de las publicaciones más prestigiosas y reconocidas a nivel mundial en el campo de la psiquiatría. Es la revista oficial de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), la organización de psiquiatría más grande e influyente del mundo.
La investigación se enfoca en cinco adicciones principales: trastorno por juego de azar, trastorno por juego en Internet, trastorno por comportamiento sexual compulsivo, trastorno por compras compulsivas y uso problemático de redes sociales, a fin de conocer las mejores estrategias para su tratamiento.
El estudio muestra que estas adicciones tienen mecanismos comunes, como el refuerzo positivo y negativo de ciertos comportamientos, la compulsión y los hábitos arraigados, así como la falta de autocontrol. No obstante, cada adicción tiene características clínicas únicas, con diferentes niveles de prevalencia, síntomas y otros trastornos asociados, lo que dificulta su tratamiento.
IMPACTO SOBRE LA SALUD MENTAL DE LOS MÁS JÓVENES
Las adicciones comportamentales, como el juego de azar, el uso problemático de internet, la compra compulsiva y el uso problemático de pornografía tienen un impacto notable sobre la salud mental.
En España, el reciente informe del Plan Nacional sobre Drogas revela que el 20,5 por ciento de los adolescentes podría presentar un uso problemático de internet y un 4 por ciento podría presentar trastorno de juego, destacando la urgencia de desarrollar estrategias de intervención más efectivas.
El estudio en que participa UNIR muestra que estas adicciones comparten mecanismos neurobiológicos con los trastornos por uso de sustancias y suelen coexistir con otros problemas psiquiátricos, como la ansiedad y la depresión. Por ello, la detección temprana y el acceso a tratamientos eficaces, como la terapia cognitivo-conductual y la neuromodulación, son esenciales para mejorar los resultados en las personas afectadas.
«El informe del Plan Nacional sobre Drogas y nuestro estudio coinciden en la necesidad de seguir investigando cómo las nuevas tecnologías influyen en el desarrollo y mantenimiento de estas adicciones, especialmente en los jóvenes. Ambos trabajos resaltan la importancia de impulsar políticas públicas basadas en la evidencia para mejorar la prevención y el tratamiento de estos trastornos», indica la investigadora de UNIR, Gemma Mestre-Bach.
MECANISMOS QUE IMPULSAN LA ADICCIÓN
El estudio profundiza en los mecanismos neurobiológicos y psicológicos que impulsan las adicciones conductuales. Explora el papel de neurotransmisores como la dopamina, así como la interacción entre refuerzo, compulsión y autocontrol en el desarrollo y mantenimiento de estas adicciones.
«La era digital ha creado nuevas vías para el desarrollo de adicciones conductuales. La facilidad de acceso a estímulos gratificantes en línea, combinada con la naturaleza adictiva de algunas plataformas y juegos, puede conducir a comportamientos compulsivos y a la pérdida de control», agrega la experta.
Los investigadores subrayan la necesidad de herramientas de diagnóstico más precisas y de una mejor comprensión de los factores que contribuyen a las adicciones conductuales, además de la importancia de regular las industrias relacionadas con estos comportamientos y de educar a la población sobre los riesgos.