Mientras analizaban años grabaciones de cantos de ballenas azules en busca de patrones estacionales, los investigadores se sorprendieron al observar que durante la temporada de alimentación en el verano, las ballenas cantan principalmente por la noche, pero mientras se preparan para migrar a sus áreas de reproducción durante el invierno, este patrón se invierte y cantan durante el día.
Este hallazgo, publicado en la revista ‘Current Biology’, puede explicar las inconsistencias conocidas en los patrones de canto de las ballenas.
«Descubrimos que durante su temporada de alimentación, las ballenas solían comer durante el día y cantar por la noche, pero después de que decidieron comenzar su migración, invirtieron este patrón y comenzaron a producir cantos principalmente durante el día, lo que llamamos una firma acústica de la migración», explica el primer autor William Oestreich, candidato a doctorado en biología en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.
Las ballenas azules tienen distintas temporadas de reproducción y alimentación, separadas por una larga migración en la mayoría de las poblaciones. Para las ballenas del estudio, la alimentación se lleva a cabo en la costa oeste de América del Norte en el verano, después de lo cual nadan cientos o miles de millas hasta la costa del Pacífico de América Central para reproducirse en el invierno.
Durante la temporada de alimentación, se alimentan de krill, hasta 6 toneladas por día. Este atracón de krill es esencial para su supervivencia, ya que les da la energía para migrar, reproducirse y alimentar a sus crías.
«Puedes imaginar que la cantidad de energía requerida para hacer ese viaje es bastante grande –señala Oestreich–. Eso se ve agravado por el hecho de que son el animal más grande que jamás haya vivido en la Tierra. Por lo que hace que el momento y la intensidad de su temporada de alimentación sean críticos para su supervivencia».
El descubrimiento de esta firma acústica en su canción fue un feliz accidente. El equipo de investigación lo notó solo después de analizar los datos tomados de las grabaciones implementadas y mantenidas por el Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey.
El equipo había estado grabando continuamente los sonidos de una población de ballenas frente a la costa de California desde 2015. Debido a que este grupo de ballenas realiza la misma migración cada año, el equipo también pudo etiquetar ballenas individuales con dispositivos de seguimiento de datos para monitorizar su movimiento, vocalización y conductas de alimentación.
«Originalmente estábamos interesados en tratar de caracterizar el patrón estacional de su presencia y los diferentes tipos de sonidos que hacen, pero cuando comenzamos a profundizar en el análisis de datos, notamos esta separación dramática de la producción de la canción durante el día y la noche», recuerda Oestreich.
Este equipo de investigadores no son los primeros investigadores en notar el canto de las ballenas en diferentes momentos del día. Sin embargo, esta es la primera vez que estas diferencias se han relacionado con un patrón más amplio en su ciclo de vida al marcar y monitorear animales individuales.
«Esto es algo que se ha descrito antes en ballenas azules, pero en algunos estudios, informan la diferencia día / noche y en otros, no hay diferencias. Así que existe esta discrepancia en la literatura sobre cuándo y por qué sucede», resalta Oestreich. Los datos derivados de las etiquetas permitieron que la investigación resolviera este rompecabezas, conectando la diferencia día-noche con las transiciones estacionales entre la búsqueda de alimento y la migración.
Este estudio también se aparta de la suposición habitual de que los cantos de las ballenas se utilizan estrictamente como llamadas de apareamiento.
«Una parte inesperada de este trabajo es que los cantos de las ballenas son típicamente pensados sólo en un contexto de apareamiento y reproducción –destaca–. No lo discutimos, pero es interesante que exista este tipo de utilidad secundaria de la canción en términos de detección de búsqueda de alimento o migración según la hora del día en que se producen los sonidos».
Si bien todavía hay mucho que aprender sobre el canto y la migración de las ballenas azules en todo el mundo, los investigadores son optimistas de que esta investigación puede ayudar en el seguimiento y la protección de las poblaciones de ballenas en peligro de extinción.