Las elecciones celebradas el pasado 3 de noviembre en Estados Unidos, de las que todavía pende de un hilo la presidencia por el recuento de los votos en algunos estados, han supuesto un hito en representatividad e igualdad en el país, con casi el doble de representantes transgénero o no binarios elegidos y cifra récord de mujeres en el Congreso.
Al menos 106 mujeres han conseguido un escaño en la Cámara de Representantes de Estados Unidos según las proyecciones de los medios, lo que supone un récord respecto a las 102 mujeres que previamente ostentaron un cargo hasta ahora, según el Centro para las Mujeres Americanas y la Política (CAWP, por sus siglas en inglés).
Mujeres de ambos partidos, del republicano y del demócrata, se abren paso en la Cámara Baja, especialmente las primeras con un mayor volumen de elegidas respecto a las cifras anteriores, en el camino hacia la igualdad, aunque siguen siendo menos de un 30 por ciento del total de miembros del Congreso.
Además, es reseñable que las mujeres de color han establecido un récord dentro del ya mencionado, con al menos 46 representantes, según las proyecciones de la cadena de televisión ABC News.
Por otro lado, los ciudadanos que el martes depositaron sus votos en las urnas en seis estados han elegido a, al menos, ocho representantes transgénero o de género no binario para el Congreso y un Senado estatal estadounidense.
Tres de los cargos actualmente ostentados por una persona transgénero han sido revalidados en Colorado –uno– y New Hampshire –dos–, según las proyecciones de la cadena de televisión NBC News, a los que se suman otros cinco nuevos representantes transgénero.
Entre ellas está la demócrata Sarah McBride, que ha hecho historia al convertirse en la primera mujer transgénero en ser elegida para un Senado estatal.