Las familias con menos liquidez han reducido su gasto en otros bienes ante el encarecimiento de la luz

Alvaro San Román

Un artículo del Banco de España refleja que los hogares con un colchón “modesto” de liquidez, que son mayoritariamente los de rentas más bajas, han reducido el gasto en otros bienes dado el aumento del coste por la energía consumida.

El artículo, que analiza el impacto del repunte de la inflación y de la guerra sobre las perspectivas económicas de los hogares españoles, publicado este martes, pone de relieve el comportamiento distinto de los hogares según su renta a la hora de afrontar los gastos.

Ante el aumento del gasto nominal en energía consumida en el hogar (que se presume debido a un incremento de precios —del gas o de la electricidad—), las familias con un colchón modesto de liquidez han reducido el gasto en otros bienes. Estos hogares son, mayoritariamente, los de rentas bajas, que, además, se ven más expuestos ante variaciones en el precio de la energía, según explica el Banco de España.

En contraposición, las familias que disponen de un mayor colchón de liquidez no han modificado de forma sustancial sus niveles de gasto en otras partidas ante un incremento de estos costes y, por tanto, habrían reducido sus tasas de ahorro de forma temporal para afrontarlos.

Además, el incremento de la incertidumbre por la guerra en Ucrania se ha traducido en una revisión a la baja de las expectativas de gasto en bienes duraderos de los hogares, mientras que las perspectivas relativas al gasto en vacaciones han mantenido un perfil de recuperación incluso tras el estallido de la guerra, excepto en los hogares de menores ingresos.

En particular, dichas familias ubicadas en el quintil de renta inferior es el único estrato en el que las perspectivas relativas al gasto en vacaciones se han corregido a la baja desde el verano de 2021.

MENOR CONSUMO

Por otra parte, desde marzo, los hogares han revisado a la baja sus planes de gasto nominal y estarían anticipando un dinamismo “significativamente menor” de su consumo en términos reales e “implícitamente unas tasas de ahorro ligeramente más reducidas”.

En el caso de las perspectivas de gasto nominal de los hogares en los dos quintiles superiores de ingresos -los de mayor renta-, éstas han seguido siendo, como en los meses anteriores, más favorables que las del resto. Este patrón se mantiene al analizar las expectativas de gasto en términos reales.

Esto se explica, según el Banco de España, por el habitual mayor optimismo de las familias con mayores rentas acerca de la evolución futura de sus ingresos en situaciones de incertidumbre.

Su nivel de gasto está comparativamente más alejado del nivel previo a la crisis sanitaria que en los hogares de menor renta, dado que en su cesta de consumo tienen un peso comparativamente mayor las partidas que se han visto más afectadas por la pandemia como ocio, turismo y cultura.

Ante un episodio de fuertes presiones inflacionistas como el actual, los hogares prevén absorber parte del aumento de precios mediante un ajuste a la baja en sus tasas de ahorro, en la medida en que dispongan de este margen de maniobra.

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