Las dos incisiones que presentaba el torso de Heidi Paz Bulmes, de 15 y 2 centímetros, apuntan a que el homicida extrajo piel a la altura del ombligo para eliminar posiblemente una cicatriz de una cesárea con la finalidad de dificultar su identificación.
La Audiencia Provincial de Madrid ha retomado este lunes el juicio que se celebra contra César Román Viruete, el ‘Rey del Cachopo’, por el homicidio de su pareja. El empresario se enfrenta a una petición fiscal de quince años de cárcel por un delito de homicidio y otro de profanación de cadáver, mientras la familia lo eleva a veinticinco años de prisión.
Tras concluir la fase testifical, la Sala ha arrancado con la prueba pericial, clave para determinar si el torso hallado en una maleta calcinada encontrada en una nave que tenía alquilada el acusado correspondía al de la joven hondureña frente a la tesis de la defensa de que podría estar con vida y oculta de una posible organización criminal.
Las abogadas de César Román, Ana Isabel Peña y Carmen Balfagón, sostienen que el tronco no corresponde al de la joven en base a que no se localizó ninguna cicatriz de cesárea –de uno de sus embarazos– y en que se determinó en un primer examen que correspondía al cuerpo de una mujer caucásica, entre otros aspectos.
Dos de los médicos forenses que han comparecido han detallado que se apreció en un primer examen externo dos incisiones en el tronco, una de 15 centímetros y otra de dos –según indicó en su declaración uno de los jefes de la investigación llevada a cabo por el Grupo VI de Homicidios–.
A preguntas del fiscal Miguel Mínguez sobre si había alguna cicatriz de cesárea, los expertos han señalado que dificulta su hallazgo el deteriorado que presentaba el cuerpo si bien no lo pueden descartar porque no se vio «claramente».
«Puede haber cicatriz y que se haga invisible. Cabe esa posibilidad que exista pero que no se vea. Había zonas en el torso donde faltaba piel. Hay cortes en la piel. Si hubiera estado ahí la cicatriz, habría desaparecido», han recalcado.
De ahí que crean que esos cortes se realizaron a la altura del ombligo para «quitar algo» para que no se pudiera identificar a la víctima. «Es un corte para quitar algo. No es una lesión hecha en vida. Es retirada de parte superficial y está perfectamente marcada y delimitada», ha detallado.
En su turno, Carmen Balfagón ha preguntado sobre si se podría haber retirado un tatuaje, a lo que los forenses han contestado que los cortes indican que se quería eliminar algo por la regularidad y delimitación de las incisiones. Heidi no tenía ningún tatuaje en esa zona.
Al cuerpo se le amputaron las extremidades, la cabeza y los senos. Todo ello con cortes regulares realizados a través de las articulaciones y no en la zona ósea, lo que indica que el homicida sabía cómo hacerlo.
Según los expertos, las incisiones se pudieron hacer con un cuchillo y no con una sierra, dado que no había marcas dentales. Los investigadores localizaron al lado de la maleta un cuchillo con restos de sosa cáustica y otro en el local del ‘Rey del Cachopo’ situado en la calle Caunedo.
Ambos cuchillos han sido exhibidos a los forenses, quienes han señalado que se podrían haber usado para desmembrar a la víctima aunque han señalado que lo podría haber hecho con uno más robusto.
Por otro lado, los médicos psiquiatras que examinaron al acusado han expuesto a la Sala que César Román no presenta las capacidades mentales alteradas dado que no presenta ninguna patología mental ni trastorno de personalidad.
NARCISISTA Y UN ANIMAL SOCIAL
El acusado fue sometido a un examen psicológico a instancias de su defensa para determinar su perfil y si era una persona agresiva. Según la psicóloga Ana Villarubio Mendiona, presenta «una personalidad compleja sin trastorno, con rasgos narcisistas, dependiente y paranoide».
«Es una persona muy sociable. Quiere caer bien y gustar. Es un animal social. No tiene rasgos psicomáticos. Es arrogante y manipula, con ausencia de empatía en relaciones personales. Usa el engaño y la impulsividad y es habilidoso en el manejo de habilidades sociales», ha descrito.
De igual modo, ha destacado que no es una persona agresiva y que puede ser que su ira la descargue por la impulsividad que tiene, pero no sobre terceros ni animales en alusión a las acusaciones de una de sus exparejas de que ejercía maltrato a sus mascotas.