Las niñas empiezan a tener más ansiedad por las Matemáticas que los niños

Redacción

En España existen brechas de género en la experiencia emocional en Matemáticas desde 4º de Primaria, teniendo las niñas una autopercepción menor, mayor ansiedad matemática y niveles de disfrute más bajos.

Así lo refleja el estudio ‘Mujeres en STEM. Desde la educación básica hasta la carrera laboral’ elaborado por Esade a partir de informes como el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) o el Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS).

Precisamente, las encuestas asociadas con la prueba TIMSS (2019) proporcionan información para estimar la brecha de género en variables relacionadas con la autopercepción y afección por las Matemáticas en 4º de Educación Primaria.

La probabilidad de que las niñas muestren un sentimiento positivo hacia las Matemáticas es menor que la de los niños, con una probabilidad un 9% menor de que se consideren buenas y con un aprendizaje rápido.

Además, presentan menos afección, con una probabilidad un 15% menor de considerar las Matemáticas su materia predilecta y una probabilidad un 8,7% y 7,9% menor de que le gusten o disfruten aprendiendo, respectivamente.

Pese a que a los quince años las chicas manifiestan realizar un esfuerzo mayor que los chicos para entender las Matemáticas, la brecha de género en autopercepción y afección por esta materia persiste.

PREOCUPACIÓN POR LA DIFICULTAD Y LAS NOTAS EN MATEMÁTICAS

La brecha de género más relevante se da en la preocupación por la dificultad y las calificaciones en Matemáticas, así como en el nerviosismo a la hora de resolver problemas, siendo en ambos casos mayor para las chicas. Asimismo, mientras que la brecha en resultados se ha reducido en la última década, la brecha en ansiedad matemática ha aumentado sustancialmente.

El estudio revela que la probabilidad estimada de que las chicas estén de acuerdo o muy de acuerdo con la afirmación «me preocupa sacar una nota baja» es un 13% mayor y un 14,1% mayor en la preocupación por la dificultad.

Respecto al nerviosismo al hacer deberes o resolver problemas de Matemáticas, la probabilidad estimada mayor para las chicas asciende al 15,6% en el primero y 21,3% en el segundo, habiendo aumentado la brecha en torno a 10 puntos porcentuales en ambos indicadores durante la última década.

La autopercepción positiva sobre la capacidad en Matemáticas, así como la afección por las mismas, tienen una relación positiva con los resultados. Sin embargo, la ansiedad matemática reduce la calificación media, si bien esta relación ha decrecido sustancialmente en la última década.

Un análisis exploratorio mediante modelos de regresión lineal de la relación entre la autopercepción, afección y ansiedad matemática a los quince años y los resultados en matemáticas, concluye que la relación es positiva y estadísticamente significativa y, además, de gran magnitud en todas las variables. Sin embargo, las diferencias de género en estas relaciones son menores y en algunos casos, irrelevantes.

«Como era de esperar, tener una mejor autopercepción en Matemáticas se asocia con entre +25,4 puntos para chicos y +26,7 para chicas en PISA 2022, siendo similar para la afección hacia las matemáticas: de +24,3 y +23,3, respectivamente», apunta el estudio.

Por el contrario, sentir ansiedad hacia las Matemáticas se asocia con una reducción de la calificación de -20,8 puntos para chicos y -18,6 para chicas. En 2012 era mayor: -28,8 y -25,3 puntos respectivamente.

Los datos de etapas tempranas anticipan que las brechas se trasladen a la carrera laboral. Así, la probabilidad de aspirar a los quince años a tener una profesión STEM a los 30 es un 12,7% menor para las chicas que para los chicos, una brecha que no varía al tener en cuenta el nivel de rendimiento.

BACHILLERATO, FORMACIÓN PROFESIONAL Y UNIVERSIDAD

En Bachillerato, la presencia de chicas en las ramas científico-técnicas es consistentemente menor, pese a que el porcentaje que completa los estudios exitosamente es superior al de los chicos. Algo similar sucede con las pruebas de acceso a la universidad, en las que las chicas eligen menos frecuentemente las materias como Física o Dibujo Técnico, pese a obtener notas idénticas o ligeramente superiores en el acceso a las carreras que las requieren.

El paso siguiente es que las tasas de mujeres sobre el total de personas matriculadas en grados universitarios STEM no llega al 50% en casi ningún caso, y en Matemáticas (36%), Física (27%), Telecomunicaciones (23%), o Informática (13%) son especialmente bajas.

Y en la Formación Profesional la brecha es «aún más profunda»: De todos los hombres graduados en FP, el 52% están en ámbitos STEM; frente a solo el 7% de las mujeres. En la mayoría de grados STEM, tanto medios como superiores, la proporción hombres/mujeres es de prácticamente 9 a 1.

Por otro lado, el porcentaje de mujeres en una ocupación STEM sobre el total de mujeres ocupadas en España a cierre de 2022 es del 5,5%. En los hombres, esa cifra alcanza el 13%. No obstante, la tasa de mujeres ha aumentado sustancialmente desde 2011, cuando estaba en 3,3%.

Entre menores de 30 años, las mujeres que se dedican a ocupaciones STEM alcanzan el 9%, para reducirse a un 7% entre las de 30 a 44 años. También la mejora desde 2011 es mayor entre los más jóvenes.

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